miércoles, 31 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1030

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1030 ~ Miércoles 31 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Antes de empezar a trabajar, pongamos sobre la mesa o junto a los útiles de labor, un crucifijo. De cuando en cuando, dirijámosle una mirada… Cuando llegue la fatiga, los ojos se nos irán hacia Jesús, y hallaremos nueva fuerza para proseguir en nuestro empeño. Porque ese crucifijo es más que el retrato de una persona querida –los padres, los hijos, la mujer, la novia–; Él es todo: nuestro Padre, nuestro Hermano, nuestro Amigo, nuestro Dios, y el Amor de nuestros amores.
En esta Semana Santa aprendamos a morir con Jesús para matar todo lo malo que hay en nosotros... y luego resucitemos con Él a la vida eterna.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?». Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.
El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?». Él les dijo: «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: ‘El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos’». Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará». Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?». Él respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!». Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?». Dícele: «Sí, tú lo has dicho».
(Mateo 26, 14-25)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos propone —por lo menos— tres consideraciones. La primera es que, cuando el amor hacia el Señor se entibia, entonces la voluntad cede a otros reclamos, donde la voluptuosidad parece ofrecernos platos más sabrosos pero, en realidad, condimentados por degradantes e inquietantes venenos. Dada nuestra nativa fragilidad, no hay que permitir que disminuya el fuego del fervor que, si no sensible, por lo menos mental, nos une con Aquel que nos ha amado hasta ofrecer su vida por nosotros.
La segunda consideración se refiere a la misteriosa elección del sitio donde Jesús quiere consumir su cena pascual. «Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: ‘El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos’» (Mt 26,18). El dueño de la casa, quizá, no fuera uno de los amigos declarados del Señor; pero debía tener el oído despierto para escuchar las llamadas “interiores”. El Señor le habría hablado en lo íntimo —como a menudo nos habla—, a través de mil incentivos para que le abriera la puerta. Su fantasía y su omnipotencia, soportes del amor infinito con el cual nos ama, no conocen fronteras y se expresan de maneras siempre aptas a cada situación personal. Cuando oigamos la llamada hemos de “rendirnos”, dejando aparte los sofismas y aceptando con alegría ese “mensajero libertador”. Es como si alguien se hubiese presentado a la puerta de la cárcel y nos invita a seguirlo, como hizo el Ángel con Pedro diciéndole: «Rápido, levántate y sígueme» (Hch 12,7).
El tercer motivo de meditación nos lo ofrece el traidor que intenta esconder su crimen ante la mirada escudriñadora del Omnisciente. Lo había intentado ya el mismo Adán y, después, su hijo fratricida Caín, pero inútilmente. Antes de ser nuestro exactísimo Juez, Dios se nos presenta como padre y madre, que no se rinde ante la idea de perder a un hijo. A Jesús le duele el corazón no tanto por haber sido traicionado cuanto por ver a un hijo alejarse irremediablemente de Él.
P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)


Aviso de ausencia


Se informa a los lectores que "Pequeñas Semillitas"
no se editará desde el jueves y hasta el lunes.


Santoral Católico
San Benjamín, Mártir



El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevado al cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendio el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas.

El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó a matar e inició una persecución general que duró 40 años.

Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero obtuvo su libertad gracias al embajador del Constantinopla y prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión.

Sin embargo, Benjamín declaró que él no podía cumplir tal condición y, no perdió la oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey, quien lo sometió a crueles torturas, siendo luego decapitado.


Palabras de Juan Pablo II


"Cristo va a Jerusalén para afrontar el sacrificio cruento del Viernes Santo. Pero el día anterior, en la Última Cena, había instituido el sacramento de este sacrificio. Pronunció sobre el pan y sobre el vino las palabras de la consagración: “Esto es mi Cuerpo. Este es el cáliz de mi Sangre. Haced esto en conmemoración mía”. Sabemos que a esta palabra hay que darle un sentido fuerte, más allá del recuerdo histórico.
Es el memorial bíblico, que hace presente el acontecimiento mismo. ¡Es memoria-presencia! Por la acción del Espíritu Santo, que el sacerdote invoca: “Santifica estos dones con la efusión de tu Espíritu de manera que sean para nosotros el Cuerpo y Sangre de Jesucristo Nuestro Señor”
El sacerdote no sólo recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, sino que éstos se realicen en el altar por su ministerio, que actúa in persona Christi. Lo que Cristo ha realizado sobre el altar de la Cruz, e instituido como sacramento en el Cenáculo, el sacerdote lo renueva con la fuerza del Espíritu Santo"


Tema del día:
¿Buona Pasqua o mala Pasqua?


Saludo Pascual desde Roma – P. Guillermo Mario Cassone

Este título un tanto provocativo me surgió estos días mientras pensaba en este saludo pascual cuando un conjunto lírico cantó en la Parroquia la opera más conocida de Pietro Mascagni “Cavallería Rusticana” que termina cuando la mujer engañada por su marido a modo de maldición, desea para él y su amante una “MALA PASQUA”. Les recuerdo que se desarrolla en un pueblo, en la mañana de Pascua, cuando todos se saludan con la “BUONA PASQUA”.

Por cierto que mi deseo es que todos tengan una BUONA PASQUA, pero sé que en esta Semana Santa lamentablemente habrá tantos que vivirán la experiencia de la Pasión con más fuerza que el gozo pascual... Hace un mes nuestros hermanos chilenos sufrieron un terrible y devastador terremoto, hace más de dos meses uno aún peor los haitianos con tantísimas víctimas fatales y un país literalmente en el suelo. Solo dos ejemplos cercanos y recientes de pruebas y dolor, causados por fenómenos de la naturaleza.

Pero hay tantos otros dolores causados por el pecado humano...
Solo enumero algunos sin detenerme en ninguno particularmente, ni pretender ser exhaustivo: las guerras de África y Medio Oriente, las guerrillas en Colombia, la guerra de los narcos mejicanos, las persecuciones a los disidentes cubanos, la corrupción política y económica en varios países de nuestra América, de Europa y de Asia, las terribles persecuciones a los cristianos en India, China, Nigeria y Sudán, así como las sofisticadas campañas contra la vida especialmente en la etapa de gestación y en la fase terminal, las consecuencias crueles de la crisis financiera global que la terminan pagando los más pobres e indefensos, el deterioro de la ecología, etc. .

Me detengo en un dolor grande que afecta a toda la Iglesia y en especial a los sacerdotes: la pedofilia de algunos sacerdotes en varios países, que recientemente se focalizó en Irlanda, pero no se reduce a este país. Como cristianos nos duele por lo que implica de pecado grave y por sus consecuencias para las víctimas y sus familias, así como para la Iglesia en esos países.

En esta Cuaresma estoy haciendo penitencia especialmente por este motivo y creo que como Iglesia debemos hacerlo también. Es ante todo una ofensa grave al Señor y más cuando los causantes son personas especialmente consagradas a Él, esto requiere nuestra humilde expiación y nuestra penitencia.

Les recomiendo que lean el texto completo de la Carta del Papa a los irlandeses (la encuentran en vatican.va o en zenit.org) donde manifiesta con sinceridad y franqueza su posición, pide perdón a nombre de la Iglesia con humildad y muestra una estrategia a futuro muy clara y terminante. LEANLA.

Pero, por favor, no se dejen llevar por una cierta campaña mediática muy bien orquestada por determinados lobbys que aprovechan estos hechos reales para una generalizada e injusta crítica a toda la Iglesia y para denigrar el valor del sacerdocio o pretender ligar el problema al celibato. Creo que la humildad no significa dejar de defender la verdad frente a las calumnias. Ojalá esto se vea en un contexto de la permisividad sexual patrocinada por muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras por este escándalo. Y que otros también pidan perdón por promover estas conductas o querer justificarlas, o lo que es peor hacer negocio con el abuso de menores.

Y sin negar estos dolores y pecados quiero subrayar la confianza en el poder salvífico de la Cruz de Jesús que incluye el asumir y ofrecer nuestra propias cruces unidas a la suya, para que sean redimidas por su Sangre. En esta manifestación suprema del amor misericordioso de la Santísima Trinidad está la clave de nuestra fe y de nuestra esperanza, que nos permite participar en la Pascua de Jesús ya ahora y como anticipo de la Pascua eterna.

Por eso hemos caminado por el desierto cuaresmal purificando el corazón y la vida toda para merecer la experiencia salvadora y sanadora de la Resurrección de Jesús, que no es tan solo un hecho histórico sino tiene vigencia y fuerza en el aquí y ahora de la humanidad también en 2010.

Me permito expresar tres deseos para que el saludo de BUONA PASQUA tenga este año un contenido y colorido original:

+ Que nos convirtamos en anunciadores valientes de la Buena Nueva del amor victorioso y misericordioso de Jesús Resucitado viviendo en santidad la vida cotidiana, donde el amor sea nuestra norma de vida en cada opción, chica o grande.

+ Que nos dejemos educar y conducir por María para caminar por el mundo como ella repartiendo a todos amor, paz y alegría, mostrando que es posible un mundo mejor.

+ Que sepamos que al mal se lo vence por la sobreabundancia del bien y nunca nos demos por vencidos aunque a veces nos abrume la fuerza del mal cerca nuestro.

Los tendré presente a cada uno en mis oraciones de esta Semana Santa, en especial a los que sufren en el cuerpo o en el alma, pidiendo a Jesús Resucitado los colme de bendiciones y todos vivan una BUONA PASQUA.

Con mi afecto y bendiciones los saludo a cada uno desde Roma con un fraterno abrazo

P. Guillermo Mario Cassone
Roma, 28 de marzo de 2010.

¡BUONA PASQUA A TUTTI!


Pedidos de oración


Pedimos oración por Darío G. V., lector de esta página, de Colombia, que en la próxima semana será sometido a una cirugía importante, para que el Señor Jesús, por los méritos de su Pasión, Muerte y Resurrección, lo ayude a superar ese proceso con toda salud física y paz espiritual.


Pedimos oración por el eterno descanso del alma de María Isabel, que partió a la casa del Padre el pasado día 15 de marzo.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu de gozo, enséñame a vivir por anticipado en esta tierra el comienzo del gozo de los bienaventurados; como dice san Juan Apóstol en el Apocalipsis, un pequeño festín en el corazón, donde ya está el Reino de los cielos. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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martes, 30 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1029

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1029 ~ Martes 30 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Si bien para muchos la Semana Santa no es más que un período de días de descanso, para muchos creyentes cristianos en el mundo entero el significado es otro, totalmente diferente. Y es que se trata ni más ni menos que de la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por ende, para aquellos que profesen la devoción hacia Cristo, sin duda alguna será un período de reflexión. Y en tal sentido vale pensar que la cruz no es para que la lleves al cuello, o la cuelgues de una pared; es para que la vivas día a día.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?». Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces».
(Juan 13, 21-33.36-38)

Comentario
Hoy, Martes Santo, la liturgia pone el acento sobre el drama que está a punto de desencadenarse y que concluirá con la crucifixión del Viernes Santo. «En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche» (Jn 13,30). Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla).
El pecador es el que vuelve la espalda al Señor para gravitar alrededor de las cosas creadas, sin referirlas a su Creador. San Agustín describe el pecado como «un amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios». Una traición, en suma. Una prevaricación fruto de «la arrogancia con la que queremos emanciparnos de Dios y no ser nada más que nosotros mismos; la arrogancia por la que creemos no tener necesidad del amor eterno, sino que deseamos dominar nuestra vida por nosotros mismos» (Benedicto XVI). Se puede entender que Jesús, aquella noche, se haya sentido «turbado en su interior» (Jn 13,21).
Afortunadamente, el pecado no es la última palabra. Ésta es la misericordia de Dios. Pero ella supone un “cambio” por nuestra parte. Una inversión de la situación que consiste en despegarse de las criaturas para vincularse a Dios y reencontrar así la auténtica libertad. Sin embargo, no esperemos a estar asqueados de las falsas libertades que hemos tomado, para cambiar a Dios. Según denunció el padre jesuita Bourdaloue, «querríamos convertirnos cuando estuviésemos cansados del mundo o, mejor dicho, cuando el mundo se hubiera cansado de nosotros». Seamos más listos. Decidámonos ahora. La Semana Santa es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Todo ladrón arrepentido tiene su lugar en el paraíso. Eso sí, a condición de cambiar de vida y de reparar, como el del Evangelio: «Nosotros, en verdad, recibimos lo debido por lo que hemos hecho; pero éste no hizo mal alguno» (Lc 23,41).
Rev. D. Joaquim FAINÉ i Miralpech (Tarragona, España)


Santoral Católico
San Zósimo, Obispo de Siracusa



Los padres del santo fueron terratenientes sicilianos, que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa Lucía y lo colocaron, a la edad de siete años, en un monasterio que llevaba el nombre de la santa, cerca de su hogar. Allí su principal ocupación fue la de cuidar las reliquias de la santa, tarea que no iba con la manera de ser del niño acostumbrado a la vida de campo, llegando a escapar del convento. Fue devuelto con humillación y tras soñar con San Lucía -quien tenía un semblante de enojo- y ver a la Santísima Madre interceder por él, Zósimo prometió que nunca haría de nuevo tales cosas, adaptándose a la vida del claustro.

Durante 30 años vivió casi olvidado; al morir el abad de Santa Lucía, recayó en el obispo de Siracusa designar al nuevo abad, quien eligió a Zósimo, siendo ordenado luego unos días después como sacerdote. El santo gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y a todos sus antecesores. Cuando la sede de Siracusa quedó vacante, el Papa Teodoro designó a Zósimo y lo consagró. Durante su episcopado, el santo fue notable por su celo en la enseñanza del pueblo y por su generosidad con los pobres.

San Zósimo murió alrededor del año 660, a la edad de 90 años.


Palabras de Juan Pablo II


"¿Hay en el mundo una realización más grande de nuestra humanidad
que poder representar cada día “in persona Christi”
el Sacrificio redentor, el mismo que Cristo llevó a cabo en la Cruz?
En este Sacrificio está presente del modo más profundo el Misterio trinitario,
y como recapitulado todo el universo creado"


Tema del día:
La dignidad de las personas


1) Para saber

Cuando se contempla el cielo y se conoce que la tierra es una parte muy pequeña del universo, se puede pensar en la propia insignificancia. Sin embargo, al considerar la decisión de Dios de crearlo y de enviar a su Hijo para salvarnos a un “precio exorbitante”, como dice el papa Benedicto XVI, podemos valorar la alta dignidad a la que Dios ha elevado al ser humano.

La Iglesia nos aclara que la razón más alta de la dignidad humana está: “en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; … creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador” (Gaudium et spes 19,1).

2) Para pensar

Cuentan de un campesino que se encontró en el campo un huevo muy grande. Nunca había visto nada igual. Decidió llevarlo a su casa. “¿Será de un avestruz?”, preguntó su mujer. “No, no es demasiado abultado”, dijo el abuelo. “¿Y si lo rompemos?”, propuso el ahijado. “Es una lástima, perderíamos una hermosa curiosidad” respondió la abuela. “Miren, ante la duda, se lo voy a colocar a la pava que está calentando los huevos, tal vez con el tiempo, nazca algo”, afirmó el campesino. Y así lo hizo.

Cuenta la historia que después de varios días nació un ave oscura, grande, nerviosa, que con mucha avidez comió todo el alimento que encontró. Luego, miró a la madre con vivacidad y le dijo entusiasta: “Bueno, ¡ahora vamos a volar!”

La pava se sorprendió muchísimo de la proposición de su flamante crío y le explicó: “Mira, los pavos no vuelan. A ti te hace mal comer tanto y de prisa”. Entonces, todos los pavos trataron de de que el pavito comiera más despacio y en la medida justa. Pero el pavito cada vez que terminaba su almuerzo o su cena, les decía a sus hermanos: “¡Vamos, muchachos, vamos a volar!” Todos los pavitos le explicaban nuevamente: “Nuestros padres nos han dicho que los pavos no vuelan. Te hace daño tu alimento”. Así fue que el pavito mejor fue hablando más de comer y menos de volar. Así creció y murió en la pavada general.

Pero esa ave no era pavo sino un cóndor. Había nacido para volar hasta los 7.000 metros de altura. Pero nunca se decidió a hacerlo, pues no veía volar a ninguno los pavos, y éstos intentaron siempre de disuadirlo. Tenía toda la capacidad para hacerlo, unas alas grandes y fuertes, pero nunca las utilizó.

Al hombre le puede pasar algo semejante que al cóndor: está llamado a algo muy grande, la santidad, la unión con Dios, pero muchas veces se deja llevar por un ambiente cómodo en donde no hay esfuerzo. Y si intenta hacerlo es acallado por los demás diciendo no es posible para él la santidad. Cuando lucha por ser mejor, nunca falta alguien que le desaconseje, diciéndole que no vale la pena hacer un esfuerzo, que él solo no va a cambiar las cosas.

3) Para vivir

Se dice que muchas puertas están cerradas porque nadie las abre. El potencial de cada persona es inmenso, cada ser humano está llamado a cosas grandes, a buscar su propia santidad y ayudarle a los demás a conseguirla también. La gracia de Dios no falta.

San Josemaría nos aconseja: “No tengas espíritu pueblerino. Agranda tu corazón, hasta que sea universal, “católico”. No vueles como un ave de corral, cuando puedes subir como las águilas” (Camino 7).

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve


Deja que todo lo que ha ocurrido hasta aquí sirva de guía, pero no dejes que se convierta en una restricción. Cada instante es una oportunidad de estar más plenamente vivo, más lleno de sentido que nunca antes. Cada día constituye un nuevo comienzo con el cual puedes construir a partir de lo que ha sucedido hasta entonces. Cada día puedes avanzar, haciendo que la vida resulte aún mejor. Hoy es un día nuevo. Y en él yace un camino, algo que ahora puedes hacer para moverte hacia tu más preciado sueño. Tus deficiencias del pasado han quedado atrás. Este día es tu oportunidad para hacerlo bien, para hacer que funcione. Tu mayor desilusión puede empezar a ser transformada, hoy, en tu más asombroso logro. En este nuevo día, los que alguna vez fueran obstáculos interponiéndose en tu camino pueden convertirse en escalones que te lleven a tus sueños. Tienes ahora frente a ti un día nuevo. Haz de él lo mejor que puedas llegar a imaginar.


Pedidos de oración


Pedimos oración por Fernanda Ayelén L. de 12 años de edad, de Córdoba, Argentina, a quien hace dos años operaron de un tumor cerebral, seguido de quimio y radioterapia, y ahora ha comenzado de nuevo con síntomas y le han detectado dos tumores más que son inoperables (sólo quimio y rayos). Que Jesús, por los méritos de su divina sangre derramada en la Pasión por todos nosotros, le conceda la gracia inmensa de curarla.


Nuestra lectora Ramona Z. nos pide oraciones por su ciudad, que es Cd. Juárez, en México, que últimamente ha sido calificada en medios periodísticos como la más violenta del mundo, a raíz de la guerra de narcotraficantes caracterizada por asesinatos, secuestros, asaltos, extorsiones, etc. Le pedimos a María, Reina de la Paz, que ponga sus ojos sobre esta ciudad para que la violencia sea desterrada y reemplazada definitivamente por la Paz.


Pedimos una especial oración de acción de gracias por la recuperación de Dieguito, un niño mexicano que nació con severas alteraciones neurológicas congénitas, fue operado y con el paso del tiempo ha evolucionado mucho más de lo que los mismos médicos predecían. Que la Virgen de Guadalupe lo siga ayudando a completar su recuperación en los aspectos que todavía faltan.


Pedimos oración por Luisito, nieto de Norma P., lectora de esta página, el cual se opera de un pulmón en una cirugía dificultosa. Que el Buen Juesús lo acompañe para que todo se resuelva favorablemente.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo, hazme cada vez más digno de que habites en mi corazón como en tu propio lugar, como la paloma habita en su nido, sin entristecerte jamás en mi vida. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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lunes, 29 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1028

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1028 ~ Lunes 29 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Estamos en la Semana Santa. Más que nunca queremos acompañar a Jesús en estos días en los que Él sufre y muere por nuestra salvación. Queremos ser el Cirineo que le alivia el peso del madero, la Verónica que limpia su Rostro con delicadeza, y sobre todo, con María su Madre, estar ahí firmes y fieles al pie de la cruz ofreciéndonos con Él al Padre para la salvación de las almas.
Recemos unos por otros y encomendemos también este año especialmente a los misioneros que en muchas partes del mundo acercarán en estos días santos a miles de almas a la gracia de Dios, para que Dios nuestro Señor bendiga su predicación y testimonio con muchos frutos de conversión.
Y recemos también por todos los sacerdotes del mundo, en este Año Sacerdotal, para que el Espíritu Santo los colme con sus dones, los fortalezca ante las tentaciones y los desvíos humanos y haga de ellos hombres santos para la propagación de la Fe.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a la mesa.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?». Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis».
Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.
(Juan 12, 1-11)

Comentario
Hoy, en el Evangelio, se nos resumen dos actitudes sobre Dios, Jesucristo y la vida misma. Ante la unción que hace María a su Señor, Judas protesta: «Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: ‘¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?’» (Jn 12,4-5). Lo que dice no es ninguna barbaridad, ligaba con la doctrina de Jesús. Pero es muy fácil protestar ante lo que hacen los otros, aunque no se tengan segundas intenciones como en el caso de Judas.
Cualquier protesta ha de ser un acto de responsabilidad: con la protesta nos hemos de plantear cómo lo haríamos nosotros, qué estamos dispuestos a hacer nosotros. Si no, la protesta puede ser sólo —como en este caso— la queja de los que actúan mal ante los que miran de hacer las cosas tan bien como pueden.
María unge los pies de Jesús y los seca con sus cabellos, porque cree que es lo que debe hacer. Es una acción tintada de espléndida magnanimidad: lo hizo «tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro» (Jn 12,3). Es un acto de amor y, como todo acto de amor, difícil de entender por aquellos que no lo comparten. Creo que, a partir de aquel momento, María entendió lo que siglos más tarde escribiría san Agustín: «Quizá en esta tierra los pies del Señor todavía están necesitados. Pues, ¿de quién, fuera de sus miembros, dijo: ‘Todo lo que hagáis a uno de estos pequeños... me lo hacéis a mí? Vosotros gastáis aquello que os sobra, pero habéis hecho lo que es de agradecer para mis pies’».
La protesta de Judas no tiene ninguna utilidad, sólo le lleva a la traición. La acción de María la lleva a amar más a su Señor y, como consecuencia, a amar más a los “pies” de Cristo que hay en este mundo.
Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls, Girona, España)


Santoral Católico
Santos Jonás y Baraquicio, Mártires


Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Barraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron aprehendidos por haber exhortado los mártires a perseverar hasta morir.

El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Barraquicio fue arrojado a un estrecho calabazo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Barraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndoles pez y azufre ardientes en la boca.


Palabras de Juan Pablo II


"En el misterio pascual, Dios Padre, por medio del Hijo en el Espíritu Paráclito, se ha inclinado sobre cada hombre ofreciéndole la posibilidad de la redención del pecado y la liberación de la muerte"


Tema del día:
La barca de Pedro en medio de una tormenta provocada


Quizás esté siendo la Cuaresma más dura de Benedicto XVI. A la amarga verificación de cuanto dijo en aquel histórico Vía Crucis de 2005 («¡Cuánta suciedad en la Iglesia!») se une una repugnante operación de caza en la que participan desde distintos ángulos la prensa laicista, la disidencia tipo Küng y los lobbys de los nuevos derechos. Días de plomo y furia en los medios, Pedro de nuevo en medio de la tempestad.

Con una precisión de relojero saltan los casos perfectamente medidos, como bombas que persiguen su objetivo. Y mientras se espera la carta dirigida a los católicos de Irlanda tras las terribles denuncias del Informe Ryan, la prensa destapa historias ya viejas en Holanda, en Alemania y en Austria, muchas de ellas juzgadas y archivadas veinte o treinta años atrás. Material inflamable para construir una historia tan sucia como mentirosa. Se trata de instalar en el imaginario colectivo la figura de una Iglesia que ya no es sólo un cuerpo extraño en la sociedad postmoderna, sino una especie de monstruo cuya propuesta moral y cuya disciplina interna abocan a sus miembros a la anormalidad y al abuso. Sí, ésta es la Iglesia que educó a Europa en el reconocimiento de la dignidad humana, en el amor al trabajo, a las letras y al canto, es la que inventó los hospitales y las universidades, la que forjó el derecho y limitó el absolutismo... pero eso ahora no importa. Y con la misma delectación con que algunos se aplican a eliminar su rastro de los espacios públicos, otros se aprestan a demoler su imagen.

Ya escucho la pregunta: ¿pero es verdad o no lo que se nos cuenta? Veamos los datos. En Alemania, por ejemplo, de los 210.000 casos de abusos a menores denunciados desde 1995, sólo 94 corresponden a eclesiásticos. Cierto que 94 casos en parroquias y colegios son una enormidad, constituyen una llaga en el cuerpo de la Iglesia y plantean gravísimas preguntas. Cierto también que de los miembros de la Iglesia, especialmente de quienes tienen el encargo de educar, se espera siempre más que de la media, pues a quien mucho se le ha dado mucho se le ha de exigir. Pero digamos también muy claro que la Iglesia no vive en el espacio, fuera de la historia. Está formada por hombres débiles y pecadores, su cuerpo se ve asaltado por las corrientes culturales de la época y no faltan momentos en que la conciencia de muchos de sus miembros está más determinada por el mundo que por la tradición viva que han recibido.

El horror de estos casos no puede minimizarse, y por eso Benedicto XVI (ya desde que era Prefecto de la Doctrina de la Fe) ha puesto en marcha una formidable tarea de saneamiento cuyos frutos ya son incluso cuantificables. Pero cuando la gran Prensa fabrica primeras páginas a costa de 94 casos y calla miserablemente sobre los otros 200.000, estamos ante una operación asquerosa que debe ser denunciada. Las cifras de esta catástrofe nos hablan de una enfermedad moral de nuestra época y reclaman dirigir la mirada, no al celibato de los sacerdotes católicos, sino a la revolución sexual del 68, al relativismo y a la pérdida del significado de la vida que aflige a las sociedades occidentales.

El sociólogo Massimo Introvigne ha publicado al respecto un magnífico artículo en el que explica que el huracán mediático de estas semanas responde a lo que se conoce como un fenómeno de «pánico moral», perfectamente teledirigido desde determinados centros de influencia. Según su explicación se trata de una «hiperconstrucción social» tendente a crear una figura predeterminada (el monstruo del que hablamos al principio) con materiales fragmentarios y desperdigados en el tiempo. Existe ciertamente un problema real: sacerdotes (siempre demasiados) que han realizado el nefasto crimen del abuso a menores. Pero las dimensiones, los tiempos y el contexto histórico son sistemáticamente alterados o silenciados. Nadie pone esos números de la vergüenza eclesial en relación a la totalidad brutal del problema; nadie dice, por ejemplo, que en los Estados Unidos eran cinco veces más los casos imputados a pastores de comunidades protestantes, o que en el mismo periodo en que en ese país fueron condenados cien sacerdotes católicos, fueron cinco mil los profesores de gimnasia y entrenadores deportivos que sufrieron idéntica condena. ¡Y nadie ha pedido cuentas a la Federación de baloncesto! Por último, el dato más escalofriante: el ámbito más habitual de los abusos sexuales a menores es precisamente el de la familia (allí suceden dos tercios del total de los casos contabilizados). Por tanto, ¿qué tiene que ver el celibato en todo esto? Dejemos aparte las viejas obsesiones de Küng, su arcaica cruzada para vaciar a la Iglesia de su nervio y sustancia. Pero de los diarios laicos, tan puntillosos y cientifistas, cabría esperar un poco más de objetividad.

La semana pasada el «pánico moral» teledirigido ha centrado bien alto su objetivo. La caza ha buscado una pieza mayor, el propio Benedicto XVI, el Papa que ha abierto ventanas y ha establecido una batería de disposiciones de máxima transparencia, colaboración con las autoridades y, sobre todo, sanción de las víctimas. Ha sido el Papa que en Estados Unidos y Australia se encontró cara a cara con quienes habían padecido esa terrible experiencia, para pedirles perdón en nombre de una Iglesia de la que ellos son miembros heridos, y merecen por tanto una preferencia total. Las insinuaciones sobre el Papa Ratzinger en esta materia merecerían simple desprecio si no fuese porque indican algo importante de este momento histórico. Hay un poder cultural, político y mediático que ha puesto a Pedro en su punto de mira, ya sin rubor y sin embozo. Cierto que no es la primera vez, y conviene recordarlo. Pero el furor y las armas de esta hora son, si cabe, más insidiosas que los de otros momentos de la historia.

Es posible imaginar la conciencia lúcida con que Benedicto XVI contempla este oleaje, y el consiguiente dolor que le acompaña en este momento dramático en que él mismo se ha convertido, dentro de la Iglesia, en el punto físico que atrae un odio irracional pero no desconocido, porque Jesús ya nos habló de él en el Evangelio. No sé si con algo de ironía, en la Audiencia del pasado miércoles nos dejaba ver cómo quiere ejercer su propio ministerio en este momento de miedos, reacciones viscerales y zozobras varias. Lo hizo mirándose en el espejo de uno de sus maestros más queridos, san Buenaventura: «Para san Buenaventura, gobernar no era sencillamente un hacer, sino que era sobre todo pensar y rezar... su contacto íntimo con Cristo acompañó siempre su trabajo de Ministro General y por ello compuso una serie de escritos teológico-místicos, que expresan el ánimo de su gobierno y manifiestan la intención de... gobernar no sólo mediante mandatos y estructuras, sino guiando e iluminando las almas, orientando a Cristo». En medio de la tormenta, ésa es la humilde y firme decisión de Benedicto VI.

José Luis Restán


Meditaciones frente al escándalo


San Francisco de Sales, poniendo en riesgo su vida, recorrió Suiza, donde los calvinistas eran muy populares, predicando el Evangelio con verdad y amor. Muchas veces fue golpeado en su camino y dejado por muerto. Un día le preguntaron cuál era su postura en relación al escándalo que causaban tantos de sus hermanos sacerdotes. Lo que él dijo es tan importante para nosotros hoy como lo fue en aquel entonces para quienes lo escucharon.
Él no se anduvo con rodeos. Dijo: "Aquellos que cometen ese tipo de escándalos son culpables del equivalente espiritual a un asesinato, destruyendo la fe de otras personas en Dios con su pésimo ejemplo". Pero al mismo tiempo advirtió a sus oyentes: "Pero yo estoy aquí entre ustedes hoy para evitarles un mal aún peor. Mientras que aquellos que causan el escándalo son culpables de asesinato espiritual, los que acogen el escándalo -los que permiten que los escándalos destruyan su fe-, son culpables de suicidio espiritual."
Son culpables, dijo él, "de cortar de tajo su vida con Cristo, abandonando la fuente de vida en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía". San Francisco de Sales anduvo entre la gente de Suiza tratando de prevenir que cometieran un suicidio espiritual a causa de los escándalos.


Otro gran santo que vivió en tiempos particularmente difíciles también puede ayudarnos. El gran San Francisco de Asís vivió alrededor del año 1200, que fue una época de inmoralidad terrible en Italia central. Los sacerdotes daban ejemplos espantosos. La inmoralidad de los laicos era aún peor. San Francisco mismo, siendo joven, había escandalizado a otros con su manera despreocupada de vivir. Pero eventualmente, se convirtió al Señor, fundó a los Franciscanos, ayudó a Dios a reconstruir Su Iglesia y llegó a ser uno de los más grandes santos de todos los tiempos. Una vez, uno de los hermanos de la Orden de Frailes Menores le hizo una pregunta. Este hermano era muy susceptible a los escándalos. "Hermano Francisco," le dijo, "¿qué harías tu si supieras que el sacerdote que está celebrando la Misa tiene tres concubinas a su lado?" Francisco, sin dudar un sólo instante, le dijo muy despacio: "Cuando llegara la hora de la Sagrada Comunión, iría a recibir el Sagrado Cuerpo de mi Señor de las manos ungidas del sacerdote."
¿A dónde quiso llegar Francisco? Él quiso dejar en claro una verdad formidable de la fe y un don extraordinario del Señor. Sin importar cuán pecador pueda ser un sacerdote, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia -en Misa, por ejemplo, cambiar el pan y el vino en la carne y la sangre de Cristo, o en la confesión, sin importar cuán pecador sea él en lo personal, perdonar los pecados del penitente- Cristo mismo actúa en los sacramentos a través de ese ministro. Ya sea que el Papa celebre la Misa o que un sacerdote condenado a muerte por un crimen celebre la Misa, en ambos casos es Cristo mismo quien actúa y nos da Su cuerpo y Su sangre.
Así que lo que Francisco estaba diciendo en respuesta a la pregunta de su hermano religioso al manifestarle que él recibiría el Sagrado Cuerpo de Su Señor que sus manos ungidas del sacerdote, es que no iba a permitir que la maldad o inmoralidad del sacerdote lo llevaran a cometer suicidio espiritual. Cristo puede seguir actuando y de hecho actúa incluso a través del más pecador de los sacerdotes. ¡Y gracias a Dios que lo hace!
Y es que si siempre tuviéramos que depender de la santidad personal del sacerdote, estaríamos en graves problemas.


Indudablemente habrá muchas personas estos días -y ustedes probablemente se encontraran con ellas- que dirán: "¿Para qué practicar la fe, para qué ir a la Iglesia, si la Iglesia no puede ser verdadera, cuando los así llamados 'elegidos' son capaces de hacer el tipo de cosas que hemos estado leyendo?" Este escándalo es como un perchero enorme donde algunos trataran de colgar su justificación para no practicar la fe. Por eso es que la santidad es tan importante. Estas personas necesitan encontrar en todos nosotros una razón para tener fe, una razón para tener esperanza, una razón para responder con amor al amor del Señor.
¿Quienes tienen que ser mas santos… sólo los curas y monjas...?
¿Tienen que ser más santos los sacerdotes? Seguro que sí. ¿Tienen que ser más santos los religiosos y religiosas y dar un testimonio aún mayor de Dios y del Cielo? Absolutamente. Pero ¡todas las personas en la Iglesia tienen que hacerlo, ¡incluyendo a los laicos! Todos tenemos la vocación de ser santos y esta crisis es una llamada para que despertemos.
Cuando uno se deja arrastrar por la corriente, hasta los cadáveres lo hacen… pero para nadar contra corriente se necesita ser un verdadero hombre y una verdadera mujer...


Una anécdota histórica: Napoleón, con sus 150 cm. de altura, dijo otra vez: "¡Voy a destruir su Iglesia!" El Cardenal Consalvi dijo confiado: "¡No, no podrá! ¡Ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo!"
Si los malos Papas, los sacerdotes infieles y miles de pecadores en la Iglesia no han tenido éxito en destruirla desde su interior -le estaba diciendo implícitamente al general- ¿cómo cree que Ud. va a poder hacerlo?


La magnitud de este escándalo podría ser tal, que de ahora en adelante ustedes encuentren difícil confiar en los sacerdotes de la misma manera como lo hicieron en el pasado. Esto puede suceder y podría no ser tan malo. ¡Pero nunca pierdan la confianza en el Señor! ¡Es Su Iglesia! Aún cuando algunos de Sus elegidos lo hayan traicionado, Él llamará a otros que serán fieles, que los servirán a ustedes con el amor que merecen ser servidos, tal como ocurrió después de la muerte de Judas, cuando los once Apóstoles se pusieron de acuerdo y permitieron que el Señor eligiera a alguien que tomara el lugar de Judas y escogieron al hombre que terminó siendo San Matías, quien proclamó fielmente el Evangelio hasta ser martirizado por él.
Este escándalo puede ser algo que los conduzca por el camino del suicidio espiritual o algo que los inspire a decir, finalmente, "Quiero ser santo, para que yo y la Iglesia podamos glorificar Tu nombre como Tú lo mereces, para que otros puedan encontrarte en el amor y la salvación que yo he encontrado" Jesús está con nosotros, como lo prometió, hasta el final de los tiempos. Él sigue en la barca. Tal como a partir de la traición de Judas, Él alcanzo la más grande victoria en la historia del mundo, nuestra salvación por medio de Su Pasión, muerte y Resurrección, también a través de este episodio Él puede traer y quiere traer un nuevo renacimiento de la santidad, para lanzar unos nuevos Hechos de los Apóstoles en el siglo XXI, con cada uno de nosotros -y esto te incluye a TI- jugando un papel estelar.

P. Roger J. Landry
Parroquia del Espíritu Santo
Fall River, MA (Estados Unidos)



Pedidos de oración


Pedimos oración por María Gabriela, que vive en Buenos Aires, Argentina, y que necesita lo antes posible un transplante de córnea ya que está perdiendo la vista. Que Dios Nuestro Señor, por la intercesión de Santa Lucía, patrona de la vista, le conceda pronto la solución que necesita.


Pedimos oración por Agustín Marcos D., de Buenos Aires, Argentina, que se encuentra internado con un serio cuadro provocado por un virus a nivel de la médula, para que por los méritos de la cruz de Cristo pueda recuperarse pronto y volver al seno de su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Aviso de ausencia


Se informa a los lectores que "Pequeñas Semillitas" no se editará desde el jueves y hasta el lunes.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo toma posesión total de mi pobre corazón, de tal manera que todas mis acciones estén verdaderamente bajo el suave influjo de tu gracia. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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domingo, 28 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1027

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1027 ~ Domingo 28 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
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Hola !!!
Jesús entra en Jerusalén. Yo también participo en la manifestación. Me preparo para ella. Recuerdo los hechos liberadores y constructores de paz que suceden en el mundo y a quienes los protagonizan. Aclamo a Jesús por todo ello. Me siento parte de una muchedumbre que experimenta la liberación, que participa en ella, que vence obstáculos y se convierte, poco a poco en zona liberada del Reino y de un mundo justo, solidario y pacífico.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos, y les dijo: «He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el Reino de Dios». Y tomando una copa, dio gracias y dijo: «Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios».
Y tomando pan, dio gracias; lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía». Después de cenar, hizo lo mismo con la copa diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros. Pero mirad: la mano del que me entrega está con la mía en la mesa. Porque el Hijo del Hombre se va según lo establecido; pero ¡ay de ése que lo entrega!».
Ellos empezaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso. Los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo: «Los reyes de los gentiles los dominan y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el primero entre vosotros pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve. Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve?, ¿verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve. Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os transmito el Reino como me lo transmitió mi Padre a mí: comeréis y beberéis a mi mesa en mi Reino, y os sentaréis en tronos para regir a las doce tribus de Israel».
Y añadió: «Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos». Él le contestó: «Señor, contigo estoy dispuesto a ir incluso a, la cárcel y a la muerte». Jesús le replicó: «Te digo, Pedro, que no cantará hoy el gallo antes que tres veces hayas negado conocerme».
Y dijo a todos: «Cuando os envié sin bolsa ni alforja, ni sandalias, ¿os faltó algo?». Contestaron: «Nada». Él añadió: «Pero ahora, el que tenga bolsa que la coja, y lo mismo la alforja; y el que no tiene espada que venda su manto y compre una. Porque os aseguro que tiene que cumplirse en mí lo que está escrito: ‘Fue contado con los malhechores’. Lo que se refiere a mí toca a su fin». Ellos dijeron: «Señor, aquí hay dos espadas». Él les contestó: «Basta».
Y salió Jesús como de costumbre al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: «Orad, para no caer en la tentación». Él se arrancó de ellos, alejándose como a un tiro de piedra y arrodillado, oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya». Y se le apareció un ángel del cielo que lo animaba. En medio de su angustia oraba con más insistencia. Y le bajaba el sudor a goterones, como de sangre, hasta el suelo. Y, levantándose de la oración, fue hacia sus discípulos, los encontró dormidos por la pena, y les dijo: «¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación».
Todavía estaba hablando, cuando aparece gente: y los guiaba el llamado Judas, uno de los Doce. Y se acercó a besar a Jesús. Jesús le dijo: «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?». Al darse cuenta los que estaban con él de lo que iba a pasar, dijeron: «Señor, ¿herimos con la espada?». Y uno de ellos hirió al criado del Sumo Sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Jesús intervino diciendo: «Dejadlo, basta». Y, tocándole la oreja, lo curó. Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los oficiales del templo, y a los ancianos que habían venido contra Él: «¿Habéis salido con espadas y palos a caza de un bandido? A diario estaba en el templo con vosotros, y no me echasteis mano. Pero ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas».
Ellos lo prendieron, se lo llevaron y lo hicieron entrar en casa del sumo sacerdote. Pedro lo seguía desde lejos. Ellos encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor y Pedro se sentó entre ellos. Al verlo una criada sentado junto a la lumbre, se le quedó mirando y le dijo: «También éste estaba con Él». Pero él lo negó diciendo: «No lo conozco, mujer». Poco después lo vio otro y le dijo: «Tú también eres uno de ellos. Pedro replicó: «Hombre, no lo soy». Pasada cosa de una hora, otro insistía: «Sin duda, también éste estaba con Él, porque es galileo». Pedro contestó: «Hombre, no sé de qué hablas». Y estaba todavía hablando cuando cantó un gallo. El Señor, volviéndose, le echó una mirada a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra que el Señor le había dicho: «Antes de que cante hoy el gallo, me negarás tres veces». Y, saliendo afuera, lloró amargamente.
Y los hombres que sujetaban a Jesús se burlaban de Él dándole golpes. Y, tapándole la cara, le preguntaban: «Haz de profeta: ¿quién te ha pegado?». Y proferían contra Él otros muchos insultos.
Cuando se hizo de día, se reunió el senado del pueblo, o sea, sumos sacerdotes y letrados, y, haciéndole comparecer ante su Sanedrín, le dijeron: «Si tú eres el Mesías, dínoslo». Él les contestó: «Si os lo digo, no lo vais a creer; y si os pregunto no me vais a responder. Desde ahora el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha de Dios todopoderoso». Dijeron todos: «Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?». Él les contestó: «Vosotros lo decís, yo lo soy». Ellos dijeron: «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonios? Nosotros mismos lo hemos oído de su boca».
El senado del pueblo o sea, sumos sacerdotes y letrados, se levantaron y llevaron a Jesús a presencia de Pilato. Y se pusieron a acusarlo diciendo: «Hemos comprobado que éste anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que Él es el Mesías rey». Pilato preguntó a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?». Él le contestó: «Tú lo dices». Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la turba: «No encuentro ninguna culpa en este hombre». Ellos insistían con más fuerza diciendo: «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde Galilea hasta aquí». Pilato, al oírlo, preguntó si era galileo; y al enterarse que era de la jurisdicción de Herodes se lo remitió. Herodes estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días.
Herodes, al ver a Jesús, se puso muy contento; pues hacía bastante tiempo que quería verlo, porque oía hablar de Él y esperaba verlo hacer algún milagro. Le hizo un interrogatorio bastante largo; pero Él no le contestó ni palabra. Estaban allí los sumos sacerdotes y los letrados acusándolo con ahínco. Herodes, con su escolta, lo trató con desprecio y se burló de Él; y, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos Herodes y Pilato, porque antes se llevaban muy mal.
Pilato, convocando a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo, les dijo: «Me habéis traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; y resulta que yo le he interrogado delante de vosotros, y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas que le imputáis; ni Herodes tampoco, porque nos lo ha remitido: ya veis que nada digno de muerte se le ha probado. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré». Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa diciendo: «¡Fuera ése! Suéltanos a Barrabás». A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio. Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!». Él les dijo por tercera vez: «Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en Él. ningún delito que merezca la muerte. Así es que le daré un escarmiento y lo soltaré». Ellos se le echaban encima pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el griterío. Pilato decidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.
Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, qué volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevase detrás de Jesús. Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por Él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán: ‘Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado’. Entonces empezarán a decirles a los montes: ‘Desplomaos sobre nosotros’, y a las colinas: ‘Sepultadnos’; porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará con el seco?».
Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con Él. Y cuando llegaron al lugar llamado "La Calavera", lo crucificaron allí, a Él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte. El pueblo estaba mirando. Las autoridades le hacían muecas diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si Él es el Mesías de Dios, el Elegido». Se burlaban de Él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro le increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino». Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».
Era ya eso de mediodía y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media tarde; porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y dicho esto, expiró.
El centurión, al ver lo que pasaba, daba gloria a Dios diciendo: «Realmente, este hombre era justo». Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo, habiendo visto lo que ocurría, se volvían dándose golpes de pecho. Todos sus conocidos se mantenían a distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían seguido desde Galilea y que estaban mirando.
Un hombre llamado José, que era senador, hombre bueno y honrado (que no había votado a favor de la decisión y del crimen de ellos), que era natural de Arimatea y que aguardaba el Reino de Dios, acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no habían puesto a nadie todavía. Era el día de la Preparación y rayaba el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea fueron detrás a examinar el sepulcro y cómo colocaban su cuerpo. A la vuelta prepararon aromas y ungüentos. Y el sábado guardaron reposo, conforme al mandamiento.
(Lucas 22,14-23,56)

Comentario
Hoy leemos el relato de la pasión según san Lucas. En este evangelista, los ramos gozosos de la entrada en Jerusalén y el relato de la pasión están en relación mutua, aunque el primer paso suene a triunfo y el segundo a humillación.
Jesús llega a Jerusalén como rey mesiánico, humilde y pacífico, en actitud de servicio y no como un rey temporal que usa y abusa de su poder. La cruz es el trono desde donde reina (no le falta la corona real), amando y perdonando. En efecto, el Evangelio de Lucas se puede resumir diciendo que revela el amor de Jesús manifestado en la misericordia y el perdón.
Este perdón y esta misericordia se muestran durante toda la vida de Jesús, pero de una manera eminente se hacen sentir cuando Jesús es clavado en la cruz. ¡Qué significativas resultan las tres palabras que, desde la cruz, escuchamos hoy de los labios de Jesús!:
—Él ama y perdona incluso a sus verdugos: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34).
—Al ladrón de su derecha, que le pide un recuerdo en el Reino, también lo perdona y lo salva: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43).
—Jesús perdona y ama sobre todo en el momento supremo de su entrega, cuando exclama: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).
Ésta es la última lección del Maestro desde la cruz: la misericordia y el perdón, frutos del amor. ¡A nosotros nos cuesta tanto perdonar! Pero si hacemos la experiencia del amor de Jesús que nos excusa, nos perdona y nos salva, no nos costará tanto mirar a todos con una ternura que perdona con amor, y absuelve sin mezquindad.
San Francisco lo expresa en su Cántico de las Criaturas: «Alabado seas, oh Señor, por aquellos que perdonan por tu amor».
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico
Beato Enrique Susso


Fue un prodigio de santidad en un ambiente muy corrompido. Nació en 1296 en Suabia, Alemania. A los 15 años fue admitido como religioso en el convento de los Padres Dominicos en Constanza. En la comunidad encontró como profesor un místico muy famoso que influyó en él de manera inmensa. Era el Padre Eckart, cuyos consejos seguían muchas personas con gran entusiasmo.

Los primeros años de religioso no fue muy fervoroso; sin embargo, su anhelo de santidad era tan grande e intenso que se propuso empezar una vida espiritual verdaderamente seria. El demonio intentó disuadirlo y desanimarlo con consideraciones de prudencia humana, haciéndole ver que esa conversión era demasiado rápida y que no sería capaz de perseverar en el bien. Frente a esto, el santo se dedicó a pedir a Dios la sabiduría celestial, siendo un admirador constante de este regalo celestial, y recomendando a sus discípulos implorar mucho a Dios por este magnífico don.

Los últimos años los pasó el Padre Enrique dedicado a dar dirección espiritual a las religiosas, especialmente a las dominicas, las cuales lo consideraban un verdadero hombre de Dios y un guía espiritual sumamente acertado.

Murió en 1365, y dicen que su cuerpo permaneció muchos años incorrupto. Pero después el templo donde estaba enterrado pasó a poder de los protestantes y no se volvió a saber de sus restos. Tuvo muchas visiones y se le apareció la Sma. Virgen María a traerle mensajes celestiales.


Palabras de Juan Pablo II


"En la cruz de Cristo no solo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido"


Tema del día:
¿Qué hace Dios en la cruz?


Según el relato evangélico, los que pasaban ante Jesús crucificado sobre la colina del Gólgota se burlaban de él y, riéndose de su impotencia, le decían: «Si eres Hijo de Dios, bájate de la cruz». Jesús no responde a la provocación. Su respuesta es un silencio cargado de misterio. Precisamente porque es Hijo de Dios permanecerá en la cruz hasta su muerte.

Las preguntas son inevitables: ¿Cómo es posible creer en un Dios crucificado por los hombres? ¿Nos damos cuenta de lo que estamos diciendo? ¿Qué hace Dios en una cruz? ¿Cómo puede subsistir una religión fundada en una concepción tan absurda de Dios?

Un "Dios crucificado" constituye una revolución y un escándalo que nos obliga a cuestionar todas las ideas que los humanos nos hacemos de un Dios al que supuestamente conocemos. El Crucificado no tiene el rostro ni los rasgos que las religiones atribuyen al Ser Supremo.

El "Dios crucificado" no es un ser omnipotente y majestuoso, inmutable y feliz, ajeno al sufrimiento de los humanos, sino un Dios impotente y humillado que sufre con nosotros el dolor, la angustia y hasta la misma muerte. Con la Cruz, o termina nuestra fe en Dios, o nos abrimos a una comprensión nueva y sorprendente de un Dios que, encarnado en nuestro sufrimiento, nos ama de manera increíble.

Ante el Crucificado empezamos a intuir que Dios, en su último misterio, es alguien que sufre con nosotros. Nuestra miseria le afecta. Nuestro sufrimiento le salpica. No existe un Dios cuya vida transcurre, por decirlo así, al margen de nuestras penas, lágrimas y desgracias. Él está en todos los Calvarios de nuestro mundo.

Este "Dios crucificado" no permite una fe frívola y egoísta en un Dios omnipotente al servicio de nuestros caprichos y pretensiones. Este Dios nos pone mirando hacia el sufrimiento, el abandono y el desamparo de tantas víctimas de la injusticia y de las desgracias. Con este Dios nos encontramos cuando nos acercamos al sufrimiento de cualquier crucificado.

Los cristianos seguimos dando toda clase de rodeos para no toparnos con el "Dios crucificado". Hemos aprendido, incluso, a levantar nuestra mirada hacia la Cruz del Señor, desviándola de los crucificados que están ante nuestros ojos. Sin embargo, la manera más auténtica de celebrar la Pasión del Señor es reavivar nuestra compasión. Sin esto, se diluye nuestra fe en el "Dios crucificado" y se abre la puerta a toda clase de manipulaciones. Que nuestro beso al Crucificado nos ponga siempre mirando hacia quienes, cerca o lejos de nosotros, viven sufriendo.

José Antonio Pagola


Nuevos videos y artículos


Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir a la parte final de esta página


Hay nuevo material publicado en el blog "Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
http://juanpabloinolvidable.blogspot.com/



Cuaresma día por día


Día 40º. Domingo de Ramos - 28 de Marzo.

Es necesario dar Gloria a Dios.

Los discípulos "trajeron la borrica y el pollino, y pusieron sobre ellos los mantos, y encima de ellos montó Jesús. La mayor parte de la gente desplegaba sus mantos por el camino, mientras que otros, cortando ramas de árboles, los extendían por la calzada. La multitud que le precedía y la que le seguía gritaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del señor! ¡Hosanna en las alturas!" (Mt 21, 7,9).

¡Cómo alaban a Dios! Alabar a una persona es decirle, ¡qué bien has hecho esto!; o qué buen amigo eres; o alguna otra afirmación por el estilo.

Alabar significa que se reconoce algo bueno como bueno; que se valora, y que se dice a quien lo ha hecho o a quien pertenece. Esto es un gozo para quien lo escucha y para quien lo dice (si lo dice sinceramente, y no para sacar algún beneficio).

Alabar a Dios es una obligación para toda criatura. Es bueno que alabes muchas veces a Dios: que le digas lo bueno que es, que agradezcas lo bien que ha hecho esto o aquello, la belleza del mundo, etc. Y que cuando reces el gloria, lo hagas con esta intención.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org


Nunca nos olvidemos de agradecer


Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.


Nuestra amiga Nelly F. L. nos escribe para expresar su agradecimiento a Dios y a las oraciones que oportunamente se hicieron por Venus, una bebita de 10 meses con una grave enfermedad en sus ojitos, que con los tratamientos en el Hospital Garraham de Buenos Aires se ha comprobado que está mucho mejor. Nos sumamos y damos gracias a Dios.


Claudio O. y Susana P., ambos de Ezeiza, Buenos Aires, Argentina, quieren dar gracias a Dios por la inmensa bendición que puso en sus vidas: su matrimonio y sus cuatro hermosos hijos; por las duras pruebas que Él puso en su camino que han fortalecido el vínculo y han dado más fuerza a su unión; por atender sus súplicas en los momentos difíciles y mostrarles siempre el camino.


Desde Bogotá, Colombia, agradecen a Dios Nuestro Señor y a todos quienes rezaron por Gabriel C. que el jueves fue operado de un tumor cerebral, el cual resultó benigno y la recuperación ha sido excelente.


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si quieres recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint diario, debes suscribirte gratis enviando un mail en blanco a la dirección peque_semillitas_2-subscribe@gruposyahoo.com.ar
Las inscripciones son moderadas y pueden demorar un par de días, siendo importante que no te suscribas desde una computadora de tu oficina o lugar laboral, y que sólo te inscribas si de verdad estás dispuesto/a a leer todos los días nuestros mensajes e incluso compartirlos con tus amigos y conocidos reenviándoselos por correo electrónico.
Felipe de Urca
pequesemillitas@gmail.com


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo fuente perenne de la verdadera paz, otórgame esa paz, como dijo Jesús: Mi paz les dejo, mi paz les doy, pero no como la da el mundo… esa que Tú nos das por medio de la Inmaculada María, Reina de la Paz. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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sábado, 27 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1026

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1026 ~ Sábado 27 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
La pasión de Jesús no se termina y su Resurrección se renueva permanentemente. Comulguemos con los hermanos en su pasión y su resurrección, mostrando cercanía, unión y compromiso liberador, combatiendo las causas del sufrimiento.
¿Qué hago ante la personas crucificadas? ¿Qué hago ante sus cruces? ¿Qué voy a hacer para bajarlas de la cruz?
Dolor y esperanza. Comunión con los sufrimientos humanos y esperanza en el Dios de la vida. En el momento de la muerte, un grito de confianza absoluta. Padre, a ti voy. En ti me abandono. En ti quiero descansar.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación». Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación». Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación —y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos—Desde este día, decidieron darle muerte.
Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraim, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?». Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.
(Juan 11, 45-56)

Comentario
Hoy, de camino hacia Jerusalén, Jesús se sabe perseguido, vigilado, sentenciado, porque cuanto más grande y novedosa ha sido su revelación —el anuncio del Reino— más amplia y más clara ha sido la división y la oposición que ha encontrado en los oyentes (cf. Jn 11,45-46).
Las palabras negativas de Caifás, «os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación» (Jn 11,50), Jesús las asumirá positivamente en la redención obrada por nosotros. Jesús, el Hijo Unigénito de Dios, ¡en la Cruz muere por amor a todos! Muere para hacer realidad el plan del Padre, es decir, «reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11,52).
¡Y ésta es la maravilla y la creatividad de nuestro Dios! Caifás, con su sentencia («Os conviene que muera uno solo...») no hace más que, por odio, eliminar a un idealista; en cambio, Dios Padre, enviando a su Hijo por amor hacia nosotros, hace algo maravilloso: convertir aquella sentencia malévola en una obra de amor redentora, porque para Dios Padre, ¡cada hombre vale toda la sangre derramada por Jesucristo!
De aquí a una semana cantaremos —en solemne vigilia— el Pregón pascual. A través de esta maravillosa oración, la Iglesia hace alabanza del pecado original. Y no lo hace porque desconozca su gravedad, sino porque Dios —en su bondad infinita— ha obrado proezas como respuesta al pecado del hombre. Es decir, ante el “disgusto original”, Él ha respondido con la Encarnación, con la inmolación personal y con la institución de la Eucaristía. Por esto, la liturgia cantará el próximo sábado: «¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Oh feliz culpa que mereció tal Redentor!».
Ojalá que nuestras sentencias, palabras y acciones no sean impedimentos para la evangelización, ya que de Cristo recibimos el encargo, también nosotros, de reunir los hijos de Dios dispersos: «Id y enseñad a todas las gentes» (Mt 28,19).
Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida, España)


Santoral Católico
San Juan de Egipto


Exceptuando a San Antonio, ningún ermitaño del desierto adquirió; tan amplia fama como San Juan de Egipto, que fue consultado por emperadores y cuyas alabanzas fueron cantadas por San Jerónimo, Paladio, Casiano, San Agustín y muchos otros. Nació; en la bajada Tebaida, en Licópolis, siendo educado en el oficio de carpintero.

A la edad de 25 años decidió; abandonar el mundo y se puso bajo la guía de un anciano anacoreta, quien durante diez años, lo ejercitó en la obediencia y abnegación de sí mismo. El santo obedeció con humildad y sin replicar, por irracional que fuera la tarea que se le imponía, y continuó con este ejercicio hasta la muerte del anciano.

Se retiró a una cumbre de una escarpada colina, donde construyó tres celdas contiguas. Ahí permaneció hasta el final de sus días. Durante cinco días de la semana, hablaba con Dios, pero los sábados y domingos, las personas podían acercarse para oír sus instrucciones y consejos espirituales.

San Juan no fundó ninguna congregación, pero se le considera como el Padre de todos los ascetas, y cuando sus visitantes llegaron a ser tan numerosos, fue necesario construir más celdas para recibirlos.

También fue especialmente famoso por sus profecías, milagros, su poder de leer los pensamientos y de descubrir los pecados secretos de aquellos que lo visitaban.

Falleció a la edad de 90 años, mientras estaba de rodillas orando con el Padre Celestial.


Pensamiento


"Aquel que vive preso de sus temores,
nunca llegará a encontrar libertad en al amor de Dios"


Tema del día:
Decálogo de Abrahám Lincoln


Estos 10 principios son atribuidos al gran Presidente americano, que muestra la vigencia de los estadistas que pensaron en países grandes y no en países chicos y pobres. Esto fue dicho hace más de 150 años y dio pie a la Declaración de los Derechos de las Naciones en la ONU, lo que le da vigencia y hoy cobra interés en los actuales tiempos que vivimos.

1. - Usted no puede crear prosperidad desalentando la iniciativa propia.

2. - Usted no puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.

3. - Usted no puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.

4. - Usted no puede ayudar al pobre, destruyendo al rico.

5. - Usted no puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario.

6. - Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana.

7. - Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad, admitiendo e incitando el odio de clases.

8. - Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.

9. - Usted no puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia (libertad) e iniciativa.

10. - Usted no puede ayudar a los hombres permanentemente, realizando por ellos lo que ellos pueden y deben hacer por si mismos.

Tomado de Internet


Poesía


¡Despiértate!


Dios se ha hecho hombre por ti,
por ti precisamente:
celebremos con alegría
el advenimiento de nuestra salvación,
el día afortunado en el que
quien era el inmenso y eterno día,
que procedía del inmenso y eterno día,
descendió hasta este día nuestro,
tan breve y temporal.

Alegrémonos, pues ¿qué gracia
pudo brillar más intensamente para nosotros
que esta: teniendo Dios un Hijo unigénito,
hacerlo hijo del hombre, para a su vez,
hacer al hijo del hombre hijo de Dios?

Busca méritos, busca justicia, busca motivos;
y a ver si encuentras algo que no sea gracia.


San Agustín


Cuaresma día por día


Día 39º. Sábado Quinto - 27 de Marzo.

Cámbiate por Jesús.

Barrabás es un personaje del Evangelio que no parece muy importante, pero si nos fijamos, cada uno de nosotros estamos representados por él. Cuando Barrabás iba a morir por haber matado a un soldado, Jesús apareció y le cambiaron por él, y murió Jesús en vez de Barrabás. El Señor se cambió por cada uno de nosotros para que no muriéramos a la vida del alma y para que pudiéramos nacer de nuevo a la vida de la gracia después del pecado, nacer a la vida para poder ir también al cielo. Todo lo que hizo fue para que tuviéramos la oportunidad de amarle.

Y los hombres hemos pagado ese amor tuyo, Señor, con pecados y faltas de amor. Jesús sabía que íbamos a pagarle así, que íbamos a serle desagradecidos, y aun así decidió entregarse para que le amáramos.

Puedes imaginarte ahora tú, cambiándote por Jesús en la Cruz de cada día: faenas que te hacen, enfados, cosas que no te salen, pequeñas contrariedades... y coger así tu cruz de cada día llevándola con alegría.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org


Pedidos de oración


Pedimos oración por el señor Tomás M., de Asunción, Paraguay, que este lunes será operado de cáncer de colon, para que el Señor lo ayude y la Virgen de Caacupé lo cubra con su manto de protección.


Por falta de trabajo desde hace seis meses, pedimos oración para Roberto, de La Paz, Bolivia. Que San José Obrero interceda por él para que pronto encuentre solución a tan serio problema para la mantención de su familia.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Espíritu Santo guíame, haciéndome experimentar tu reino de amor en mi alma, conduciéndome a través de María hacia ti. Así sea.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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viernes, 26 de marzo de 2010

Pequeñas Semillitas 1025

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 1025 ~ Viernes 26 de Marzo de 2010
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Hola !!!
Jesús no viene a predicar verdades generales, religiosas o morales sino a proclamar la llegada del Reino y la Buena Noticia del Evangelio. Jesús es plenamente rechazado: es escándalo para los dirigentes religiosos, necedad para el poder político, decepción para la mayor parte del pueblo y desconcierto para los discípulos.
Jesús habla continuamente de Reino, palabra que provoca miedo y pone alerta a las autoridades. Sucede con frecuencia que cuanto más poder se cree tener, más miedo se tiene.
Jesús no quiere establecer el Reino contemporizando con los tiranos. Impresiona su silencio lleno de dignidad y elocuencia. Contrasta con la vana palabrería de Herodes y con las acusaciones de los sacerdotes y escribas. Nos enseña a ser libres, a practicar y valorar el silencio, a saber cuándo debemos hablar y cuándo callar, a confiar solamente en Dios.


La Palabra de Dios:
Evangelio del día


En aquel tiempo, los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo he dicho: dioses sois’? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios —y no puede fallar la Escritura— a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: ‘Yo soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre». Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron donde Él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad». Y muchos allí creyeron en Él.
(Juan 10, 31-42)

Comentario
Hoy viernes, cuando sólo falta una semana para conmemorar la muerte del Señor, el Evangelio nos presenta los motivos de su condena. Jesús trata de mostrar la verdad, pero los judíos lo tienen por blasfemo y reo de lapidación. Jesús habla de las obras que realiza, obras de Dios que lo acreditan, de cómo puede darse a sí mismo el título de “Hijo de Dios”... Sin embargo, habla desde unas categorías difíciles de entender para sus adversarios: “estar en la verdad”, “escuchar su voz”...; les habla desde el seguimiento y el compromiso con su persona que hacen que Jesús sea conocido y amado —«Maestro, ¿dónde vives?», le preguntaron los discípulos al inicio de su ministerio (Jn 1,38)—. Pero todo parece inútil: es tan grande lo que Jesús intenta decir que no pueden entenderlo, solamente lo podrán comprender los pequeños y sencillos, porque el Reino está escondido a los sabios y entendidos.
Jesús lucha por presentar argumentos que puedan aceptar, pero el intento es en vano. En el fondo, morirá por decir la verdad sobre sí mismo, por ser fiel a sí mismo, a su identidad y a su misión. Como profeta, presentará una llamada a la conversión y será rechazado, un nuevo rostro de Dios y será escupido, una nueva fraternidad y será abandonado.
De nuevo se alza la Cruz del Señor con toda su fuerza como estandarte verdadero, como única razón indiscutible: «¡Oh admirable virtud de la santa cruz! ¡Oh inefable gloria del Padre! En ella podemos considerar el tribunal del Señor, el juicio del mundo y el poder del crucificado. ¡Oh, sí, Señor: atrajiste a ti todas las cosas cuando, teniendo extendidas todo el día tus manos hacia el pueblo incrédulo y rebelde (cf. Is 65,2), el universo entero comprendió que debía rendir homenaje a tu majestad!» (San León Magno). Jesús ha de huir al otro lado del Jordán y quienes de veras creen el Él se trasladan allí dispuestos a seguirle y a escucharle.
Rev. D. Carles ELÍAS i Cao (Barcelona, España)


Santoral Católico
San Braulio, Obispo



Se desconoce la cuna, niñez y juventud del santo; pero consta que ya en el año 626 es obispo de Zaragoza.

Participó en la corriente de pensamiento y acción isidoriana que tanto influyó en la cultura de su época y aún en tiempos posteriores. De hecho, fue discípulo de san Isidoro, obispo, escritor y doctor de la Iglesia (c. 560-636). Insistió cerca de él para que diera término a las Etimologías, la conocida y la más famosa e importante obra de san Isidoro donde se recoge el saber antiguo tomado indiscriminadamente de escritores tanto paganos como cristianos y que consta de veinte libros que fueron obligado libro de texto en las escuelas medievales, al tiempo que cauce de transmisión del saber antiguo. La división de toda la obra y sus títulos se deben a san Braulio.

Estuvo presente en los concilios V (636) y VI (638) de Toledo que fueron convocados para fortalecer la autoridad real y donde se resolvieron determinadas cuestiones de régimen eclesiástico y litúrgicas. En estos concilios se contribuyó a elaborar también el sistema de elección de los reyes por los obispos y magnates y llegó a ratificarse la imposibilidad de ser elegido rey alguien que no perteneciera a la nobleza goda.

Se le atribuyen también a san Braulio las Actas de los mártires de Zaragoza. Llegó a escribir más de 44 cartas, gracias a las cuales pueden llegar a conocerse muchos aspectos de la España visigoda.

Ejerció el santo una notable influencia entre los reyes del tiempo intentando suavizar las leyes con espíritu cristiano y procurando potenciar la unidad del reino. Con Chindasvinto -rey que fue elegido por la nobleza al considerarlo fácilmente manipulable debido a su gran ancianidad-, cuando dicta leyes muy severas contra los magnates traidores que rompieran su juramento de lealtad al rey, llegando a decretar la deportación, la reducción a la esclavitud de sus familias y a la confiscación de sus bienes. De la misma manera, mostró también influjo decisivo cabe el rey Recesvinto, el que reprimió la rebelión del noble Troya, cuando ponía sitio a la ciudad de Zaragoza, el mismo año de la muerte de san Braulio.

La fiesta de este hombre que intervino fuertemente en la vida eclesiástica, política y social de su tiempo es el 26 de Marzo ya que murió en este día del año 651.


Pensamiento


"Si un día tienes que elegir entre el mundo y el amor, recuerda: Si eliges el mundo quedarás sin amor, pero si eliges el amor, con él conquistarás al mundo"
Albert Einstein


Tema del día:
Comunidad del Carmen


Y pensar que nosotros nos quejamos muchas veces por “nuestros problemas”….
Lean por favor con atención el siguiente relato que es totalmente verídico:


Mi nombre es Rosa María… Les podré decir que nací un día 30 de Agosto, por eso mi nombre de Rosa.
Desde niña fui una persona muy querida. Tenía todo en mi casa. Vivía en Lima y éramos tres hermanos. Mi madre era una mujer muy recta y devota de Dios. Me llevaba a Misa siempre. También a rezar el Rosario. Mis hermanos eran muy amados y tenían hasta auto. Estudié en una gran Universidad y llegué a graduarme en Contabilidad. Fui colegiada en Lima.

Bueno, así era todo hermoso. Mi padre falleció cuando yo sólo tenía 14 años, pero nos dejó bien económicamente. Mi madre falleció cuando yo estaba por casarme y por ello tuve que suspender mi boda. Nunca más lo vi… se fue al extranjero.

Cuando mi madre murió comenzó la cruz más fuerte que nunca imaginé. A los meses mi hermano M. cayó en la droga. Fue tomado preso y sufrí tanto que no sabía qué hacer. Sabía en conciencia que era delito, pero la sangre pudo más: pagué para que mi hermano sea puesto en libertad. Desde ahí la policía lo fastidiaba y le sacaba dinero. Mis hermanos M. y E. tuvieron que salir de Lima y venir al norte. Ellos me dijeron “vendé y vamos al norte a comenzar de nuevo todo” y así lo hice.

Llegamos a Trujillo primero y ahí mis hermanos viajaron a la Sierra de Trujillo, pero yo me vine a Chimbote por trabajo.
Aquí el olor, la extrema pobreza de algunos sectores, me daba miedo. El olor es fuerte y a veces quería vomitar cuando había pesca. Luego la delincuencia, la prostitución… todo era feo. Así con mis miedos y todo, ya tengo 13 años aquí en Chimbote.

Bueno, a mis hermanos no volví a verlos. Sólo sé que uno murió por ser un narco terrorista y el otro debe estar igual. Se fueron a buscar dinero fácil ya que de niños tuvimos de todo.

Yo conocí esta Comunidad del Carmen, Perú, Asociación Civil sin Fines de Lucro para enfermos de HIV, hace 12 años. Me acuerdo bien que fue por el hermano de una compañera de trabajo; lo visitaban ellos; inclusive yo tenía miedo porque eran sidosos. Pero sus risas y su alegría contagiaban… Eso sí, me acuerdo bien que me preguntaba cómo son felices si se están muriendo, si nadie los acepta. Era algo que no comprendía.

Bueno, ahora viene lo bueno. Yo me casé hace 11 años y de blanco. Mi boda fue hermosa. Me casé con un ingeniero de pesca, muy guapo y adinerado. Así viví con él casi un año sin embarazarme porque él no quería. El pretexto era el trabajo. Me acuerdo que cuando le dije que estaba embarazada él se molestó muchísimo y quiso que aborte. Yo le dije que no. “Bueno”, me dijo, “después no te arrepientas”.

Fui al médico y todo era alegría para mí y nunca comprendía a mi esposo. A los cuatro meses me hicieron el examen de Elisa y mi sorpresa fue fuerte: salí reactiva al HIV. El médico me exigió que mi marido vaya al médico. Cuando llegué a casa le conté y el sólo gritó y decía “te lo dije”… Así comenzó una vida nueva llena de odio y dolor. Sí, él sabía que tenía sida. Pero me amaba y nunca me dijo nada. ¡Qué amor! ¿Verdad? Preferiría nunca haber sido amada por él. Él me enseñó medicinas y cosas que tomaba y yo nunca me dí cuenta de ello. Me dijo que él bebé podía salir sanito y otras cosas más, pero conforme hablaba yo más lo odiaba.

Cuando dí a luz, en lugar de sentir amor al niño sólo tenía miedo que el niño se infecte. Pensaba ¿quién verá a mi niño si yo no tengo familia? Eran sentimientos encontrados, mi alegría, mi miedo, mi odio.

La cosa se hacía grande y los días eternos. Tenía temor que el niño salga VIH sida. Así pasé el año y ocho meses. El día que me dijeron “tu niño es no reactivo” sentí gran felicidad, sentí una bendición de Dios. Mi esposo saltó y gritó de alegría. Una alegría que duró muy poco.

Mi esposo fue sacado del trabajo y esto fue el pretexto para que él comience su infierno. Perdió su seguro y con ello los tratamientos anti retrovirales. Ya no teníamos mucho dinero, vendíamos cosas e inclusive hipotecamos la casa. Creo que en un año se acabó todo lo que teníamos. Para nosotros Dios no estaba cerca… era muy lejano.

Mi marido murió casi al año. Él sólo pensaba en nosotros. No quería medicarse para dejar alguito para nosotros… no lo niego. Murió sufriendo mucho. No dejó nunca que la Comunidad le ayude. No dejó su orgullo. Murió siendo en su mente el señor…

Desde ahí yo sólo busqué ayuda. Ni se imaginan cuántas humillaciones he vivido. Ni se imaginan cómo veía los alimentos que daban a sus perros y yo deseando comer. Ni se imaginan cómo veía comprar ropa y zapatos carísimos y yo pedía limosna con mi niño y me negaban. Ni se imaginan cuánto frío sentí, cuánto dolor tenía.

El Banco me quitó la casa ya que la remató y yo salí sólo con una bolsa de ropa y algunas medicinas… nada más. Sentí frío y dolor. En el Hospital no me atendían si no pagaba la consulta. A veces dormía en la calle con mi niño. Lo peor de todo: las autoridades me quitaron a mi niño y lo llevaron a un albergue. Eso rompió mi alma. No podía ni visitarlo.

Así llegué a estar muy mal y ahí comenzó a visitarme la Comunidad. Vivo en la casa que regaló la Hermana Candelaria. No sé quién es ella pero ahí vivimos siete personas que no tenemos nada y a nadie. Sólo a la Comunidad que nos da amor y consigue ayudarnos. Aprendí a vivir y aprendí de nuevo a perdonar a todos.

Vamos a Misa en San Juan Apóstol. También la gente no nos rechaza y menos desprecia. Ahí me siento bien. Logré ver a mi niño y al verlo sanito y estudiando preferí que siga ahí. La vida tiene sentido sólo si vivimos amando y sirviendo a los demás. No existen títulos aquí. No existen papeles y tanta burocracia. Para ayudar sólo existe amor y servicio.

Aquí vemos a jóvenes que les falta amor. Vemos niñas sin sentido en sus vidas e intentamos ayudarles. El verdadero sentido del ayuno es decir Amén a Jesús cuando no hay para comer. Sabemos compartir ahora todo. No sólo las necesidades sino también el comedor, las medicinas, la alegría y al amor de Jesús. Es como decir que el enemigo quiere que nos odiemos, quiere que envidiemos, quiere dividir, pero si nos mantenemos firmes en la fe todo se puede lograr y todo conseguimos… sobre todo vencer al sida.

Aquí soy feliz durmiendo en el suelo, en el arenal como se dice aquí. Soy feliz a pesar que a veces comemos una vez al día. Pero no tengo ambición ni odio. No vivo presa de la ropa, los zapatos, el maquillaje, los viajes, como lo tenía de niña y de joven. Ahora sólo vivo esperando en Dios. Esperando reír mañana y dar una mano amiga a otro que la necesite.

Desde mi corazón les digo gracias. Gracias por ayudarnos a vivir, por darnos un mensaje de amor, por sus oraciones. Gracias a Dios por Percy que fundó esto así. No una ONG sino una familia de la Virgen del Carmen. Eso fue de Dios.

Gracias Dios mío por la vida, por el amor y por mi nueva vida.
Gracias Virgen del Carmen por amarnos y por amar la obra.
Gracias a todos ustedes por darnos vida y alegría.

Dios les bendiga.

Rosa María


Nota de Redacción:

He transcripto la carta de esta hermana de todos nosotros con la finalidad de dar a conocer la dura vida que le ha tocado vivir y que ella acepta con amor a Dios y optimismo a pesar de tantas penurias. Y al mismo tiempo para dar a conocer la existencia de la "Comunidad del Carmen", asociación civil sin fines de lucro, para enfermos de HIV, que se encuentra en Chimbote, Perú.
Y para decir que estos hermanos nuestros tienen todo tipo de carencias y necesidades en lo material: medicinas, alimentos, ropas, frazadas, colchones, utensillos, dinero, voluntarios que los atiendan.
Invito a los lectores de esta página a colaborar activamente con la "Comunidad del Carmen". No importa en qué ciudad o país del mundo vivas... tú puedes hacer algo por estos Cristos que nos tienden la mano llenos de necesidades...
No te quedes allí sentado...!!! Es Jesús que golpea a tu puerta.... ¿Lo vas a dejar afuera?
Felipe.


Información para contacto:

Comunidad del Carmen, Perú, Asociación civil sin fines de lucro para enfermos de HIV
Dirección postal:
Jirón Ica 469 Miraflores I Zona Chimbote
Departamento de Ancash
Perú
Móvil: 0051-943-943-236681
E-mail: comucarmen@gmail.com


Mensaje de María Reina de la Paz


Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de marzo de 2010

¡Queridos hijos!
También hoy deseo llamarlos a todos a que sean fuertes en la oración y en los momentos en que las tentaciones los asalten. Vivan en alegría y en humildad su vocación cristiana y den testimonio a todos. Estoy con ustedes y los llevo a todos ante mi Hijo Jesús, Él será para ustedes fuerza y apoyo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!


Cuaresma día por día


Día 38º. Viernes Quinto - 26 de Marzo.

Desanimarse es una tontería.

Escucha el consejo que da el barrendero a Momo: "Cuando barro, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga que crees que nunca podrás acabar. Y entonces te empiezas a dar prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante... Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente.... entonces es divertido... de repente uno se da cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle."

Ser santo, amar mucho a Dios... cualquier meta se alcanza siempre. Consiste en dar un paso cada día; por eso, no te desanimes nunca: haz bien hoy las pequeñas cosas del día.

¡Qué no me desanime, Señor, que es una tontería! Poco a poco, con pequeños pocos, conseguiré hacer realidad las cosas grandes que quiero - y Tú también quieres - en mi vida.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary
http://webcatolicodejavier.org



Pedidos de oración


Pedimos oración por Pablo Ignacio M., de Buenos Aires, Argentina, que está internado en tratamiento por leucemia, para que el Buen Jesús, por los méritos de su cruz, le ayude a recuperar su salud.


Pedimos oración por Juancito, de la Comunidad del Carmen de Chimbote, Perú, el cual se cayó jugando a la pelota y fue ingresado de urgencia en la tarde de ayer al hospital por un traumatismo de Cráneo. Que la Virgen del Carmen interceda por él para su pronta recuperación y siga apoyando a todos los miembros de esta Comunidad.


Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


Ven Espíritu Santo...!


Ven divino Espíritu, consolador de las almas afligidas, alegría de los corazones y alivio de las tribulaciones.
Ven santificador de los pecadores, maestro de los hombres, padre de los huérfanos, fortaleza de los débiles y refugio de los pobres.
Penetra en lo íntimo de mi espíritu con el vigor de tu gracia. Sostén mi flaqueza con tu omnipotente brazo, inflama con tu fuego mi tibieza.
P. Florentín Brusa cmf


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-


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