sábado, 31 de marzo de 2012

Pequeñas Semillitas 1667


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1667 ~ Sábado 31 de Marzo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
“Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo” (Gal 6, 14)
Poco a poco nos vamos acercando al tiempo de la cruz. Y nuestros pensamientos, nuestras meditaciones, e incluso los temas que desarrollamos en esta página, van dirigiéndose precisamente hacia la cruz, con todo su significado de dolor, de sufrimiento, de muerte… pero también de redención y de vida nueva. En estas horas previas al inicio de la Semana Santa, tratemos de ponernos al pie de la Cruz del Señor para compartir con Él los momentos de su pasión, morir con Él (al pecado) y luego resucitar con Él y por Él para la vida eterna que con su cuerpo y su sangre nos regala.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación». Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación». Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación —y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos—. Desde este día, decidieron darle muerte.
Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraim, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?». Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.
(Jn 11,45-56)

Comentario:
Hoy, de camino hacia Jerusalén, Jesús se sabe perseguido, vigilado, sentenciado, porque cuanto más grande y novedosa ha sido su revelación —el anuncio del Reino— más amplia y más clara ha sido la división y la oposición que ha encontrado en los oyentes (cf. Jn 11,45-46).
Las palabras negativas de Caifás, «os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación» (Jn 11,50), Jesús las asumirá positivamente en la redención obrada por nosotros. Jesús, el Hijo Unigénito de Dios, ¡en la Cruz muere por amor a todos! Muere para hacer realidad el plan del Padre, es decir, «reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11,52).
¡Y ésta es la maravilla y la creatividad de nuestro Dios! Caifás, con su sentencia («Os conviene que muera uno solo...») no hace más que, por odio, eliminar a un idealista; en cambio, Dios Padre, enviando a su Hijo por amor hacia nosotros, hace algo maravilloso: convertir aquella sentencia malévola en una obra de amor redentora, porque para Dios Padre, ¡cada hombre vale toda la sangre derramada por Jesucristo!
De aquí a una semana cantaremos —en solemne vigilia— el Pregón pascual. A través de esta maravillosa oración, la Iglesia hace alabanza del pecado original. Y no lo hace porque desconozca su gravedad, sino porque Dios —en su bondad infinita— ha obrado proezas como respuesta al pecado del hombre. Es decir, ante el “disgusto original”, Él ha respondido con la Encarnación, con la inmolación personal y con la institución de la Eucaristía. Por esto, la liturgia cantará el próximo sábado: «¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Oh feliz culpa que mereció tal Redentor!».
Ojalá que nuestras sentencias, palabras y acciones no sean impedimentos para la evangelización, ya que de Cristo recibimos el encargo, también nosotros, de reunir los hijos de Dios dispersos: «Id y enseñad a todas las gentes» (Mt 28,19).
Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida, España)


Santoral Católico:
San Benjamín
Diácono y Mártir


El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevado al cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendió el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas. El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó a matar e inició una persecución general que duró 40 años.

Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero obtuvo su libertad gracias al embajador del Constantinopla y prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión. Sin embargo, Benjamín declaró que él no podía cumplir tal condición y, no perdió la oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey, quien lo sometió a crueles torturas, siendo luego decapitado. Murió alrededor del año 420.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“La muerte de Jesús en cruz es la consecuencia de una vida en el servicio radical a la justicia y al amor; es secuela de su opción por los pobres y los desheredados; de la opción por su pueblo, que sufría explotación y extorsión. En este mundo, toda salida en favor de la justicia y del amor es arriesgar la vida”.                                                                          
E. Schillebeeckx


Cuentos de Mamerto Menapace:
Eligiendo cruces


Esto también es del tiempo viejo, cuando Dios se revelaba en sueños. O al menos la gente todavía acostumbraba a soñar con Dios. Y era con Dios que nuestro caminante había estado dialogando toda aquella tarde. Tal vez sería mucho hablar de diálogo, ya que no tenía muchas ganas de escuchar sino de hablar y desahogarse.

El hombre cargaba una buena estiba de años, sin haber llegado a viejo. Sentía en sus piernas el cansancio de los caminos, luego de haber andado toda la tarde bajo la fría llovizna, con el mono al hombro y bordeando las vías del ferrocarril hacía tiempo que se había largado a linyerear, abandonando, vaya a saber por qué, su familia, su pago y sus amigos. Un poco de amargura guardaba por dentro, y la había venido rumiando despacio como para acompañar la soledad.

Finalmente llegó mojado y aterido hasta la estación del ferrocarril, solitaria a la costa de aquello que hubiera querido ser un pueblito, pero que de hecho nunca pasó de ser un conjunto de casas que actualmente se estaban despoblando. No le costó conseguir permiso para pasar la noche al reparo de uno de los grandes galpones de cinc. Allí hizo un fueguito, y en un tarro que oficiaba de ollita recalentó el estofado que le habían dado al mediodía en la estancia donde pasara la mañana. Reconfortado por dentro, preparó su cama: un trozo de plástico negro como colchón que evitaba la humedad. Encima dos o tres bolsas que llevaba en el mono, más un par de otras que encontró allí. Para taparse tenía una cobija vieja, escasa de lana y abundante en vida menuda. Como quien se espanta un peligro de enfrente, se santiguó y rezó el Bendito que le enseñara su madre.

Tal vez fuera la oración familiar la que lo hizo pensar en Dios. Y como no tenía otro a quien quejarse, se las agarró con el Todopoderosos reprochándole su mala suerte. A él tenían que tocarle todas. Pareciera que el mismo Tata Dios se las había agarrado con él, cargándole todas las cruces del mundo. Todos los demás eran felices, a pesar de no ser tan buenos y decentes como él. Tenían sus camas, su familia, su casa, sus amigos. En cambio aquí lo tenía a él, como si fuera un animal, arrinconado en un galpón, mojado por la lluvia y medio muerto de hambre y de frío. Y con estos pensamientos se quedó dormido, porque no era hombre de sufrir insomnios por incomodidades. No tenía preocupaciones que se lo quitaran. En el sueño va y se le aparece Tata Dios, que le dice:

-Vea, amigo. Yo ya estoy cansado de que los hombres se me anden quejando siempre. Parece que nadie está conforme con lo que yo le he destinado. Así que desde ahora le dejo a cada uno que elija la cruz que tendrá que llevar. Pero que después no me vengan con quejas. La que agarren tendrán que cargarla para el resto del viaje y sin protestar. Y como usted está aquí, será el primero a quien le doy la oportunidad de seleccionar la suya, vea, acabo de recorrer el mundo retirando todas las cruces de los hombres, y las he traído a este galpón grande. Levántese y elija la que le guste.

Sorprendido el hombre, mira y ve que efectivamente el galpón estaba que hervía de cruces, de todos los tamaños, pesos y formas. Era una barbaridad de cruces las que allí había: de fierro, de madera, de plástico, y de cuanta material uno pudiera imaginarse.

Miró primero para el lado que quedaban las más chiquitas. Pero le dio vergüenza pedir una tan pequeña. Él era un hombre sano y fuerte. No era justo siendo el primero quedarse con una tan chica. Buscó entonces entre las grandes, pero se desanimó enseguida, porque se dio cuenta que no le daba el hombro para tanto. Fue entonces y se decidió por una tamaño medio: ni muy grande, ni tan chica.

Pero resulta que entre éstas, las había sumamente pesadas de quebracho, y otras livianitas de cartón como para que jugaran los gurises. Le dio no sé qué elegir una de juguete, y tuvo miedo de corajear una de las pesadas. Se quedó a mitad de camino, y entre las medianas de tamaño prefirió una de peso regular.

Faltaba con todo tomar aún otra decisión. Porque no todas las cruces tenían la misma terminación. Las había lisitas y parejas, como cepilladas a mano, lustrosas por el uso. Se acomodaban perfectamente al hombro y de seguro no habrían de sacar ampollas con el roce. En cambio había otras medio brutas, fabricadas a hacha y sin cuidado, llenas de rugosidades y nudos. Al menor movimiento podrían sacar heridas. Le hubiera gustado quedarse con la mejor que vio. Pero no le pareció correcto. Él era hombre de campo, acostumbrado a llevar el mono al hombro durante horas. No era cuestión ahora de hacerse el delicado. Tata Dios lo estaba mirando, y no quería hacer mala letra delante suyo. Pero tampoco andaba con ganas de hacer bravatas y llevarse una que lo lastimara toda la vida.

Se decidió por fin y tomando de las medianas de tamaño, la que era regular de peso y de terminado, se dirigió a Tata Dios diciéndole que elegía para su vida aquella cruz.

Tata Dios lo miró a los ojos, y muy en serio le preguntó si estaba seguro de que se quedaría conforme en el futuro con la elección que estaba haciendo. Que lo pensara bien, no fuera que más adelante se arrepintiera y le viniera de nuevo con quejas.

Pero el hombre se afirmó en lo hecho y garantizó que realmente lo había pensado muy bien, y que con aquella cruz no habría problemas, que era la justa para él, y que no pensaba retirar su decisión. Tata Dios casi riéndose le dijo:

-Ven, amigo. Le voy a decir una cosa. Esa cruz que usted eligió es justamente la que ha venido llevando hasta el presente. Si se fija bien, tiene sus iniciales y señas. Yo mismo se la he sacado esta noche y no me costó mucho traerla, porque ya estaba aquí. Así que de ahora en adelante cargue su cruz y sígame, y déjese de protestas, que yo sé bien lo que hago y lo que a cada uno le conviene para llegar mejor hasta mi casa.

Y en ese momento el hombre se despertó, todo adolorido del hombro derecho por haber dormido incómodo sobre el duro piso del galpón.

A veces se me ocurre pensar que si Dios nos mostrara las cruces que llevan los demás, y nos ofreciera cambiar la nuestra, cualquiera de ellas, muy pocos aceptaríamos la oferta. Nos seguiríamos quejando lo mismo, pero nos negaríamos a cambiarla. No lo haríamos, ni dormidos.


Pensamientos sanadores


Hoy tómate fuerte de la mano de tu Madre

Camina cada día como si fueses de la mano de la Virgen María. Ella, antes que nada, quiere ser para ti una mamá que te guía, te enseña, te anima, te cura. A ella puedes ir abriéndole las puertas de tu corazón y de cada etapa de tu vida, pidiéndole que, con su amor y su bendición maternal, vaya sanando los fragmentos de tu historia que se encuentran quebrantados, aquello que en ti se halla como perdido y que todavía te cuesta digerir, aceptar y entregar. Ella ha recibido de Dios la misión de ayudarte para hacer en tu vida, con dulzura y suavemente, grandes cosas.
Por lo tanto, no tengas miedo de dirigirte con frecuencia a María; esto es algo que le agrada a su Hijo Jesucristo, pues qué hijo no está feliz cuando tratan tan bien a su propia madre. Ten presente que, cada vez que pronuncies el nombre de María, ella estará pronunciando el nombre de Jesús, quien te escuchará como si directamente le hablaras a él mismo, solamente que tu oración llegará amplificada, pues estará pasada a través del corazón maternal de la Virgen Santísima.

Aquel día, el Señor alzará otra vez su mano para rescatar al resto de su pueblo… Isaías 11, 11.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por los trillizos nacidos prematuros hace pocos días en Rosario, Argentina, cuyos nombres son Fernando, Giuliana y Micaela, en especial por esta última que ha sido llevada a Buenos Aires para ser operada. Que el Señor los proteja y les conceda por su poder de sanidad, toda la salud y la fuerza para crecer sanos y felices.

Pedimos oración por las siguientes personas de Roque Sáenz Peña, Chaco, Argentina: Luis R. que fue operado de un tumor en la cabeza y se espera el resultado de la biopsia del material extraído; Hilda Nélida, que desde hace un año y tres meses sufre indecibles dolores de columna y aún no se recupera de la última operación; María Angélica, por su pronta recuperación psíquica, física, espiritual..... Y a Juan Pablo II por la cura del mal de Parkinson.

Pedimos oración por Patricia I. de Corrientes, Argentina, por su pronta recuperación tanto física como psíquica y espiritual, ya que está sumida en un profundo estado de depresión, cansancio y abatimiento. Rogamos que obtenga de la cruz de Cristo las fuerzas necesarias para superar sus problemas.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


"Pequeñas Semillitas" por e-mail


Si lo deseas puedes recibir todos los días "Pequeñas Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las suscripciones son gratuitas y se realizan únicamente por invitación. Hay que solicitarlas a Melissa, la moderadora del Grupo a: picaflor05@gmail.com o picaflor.cl@gmail.com 
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Felipe de Urca


Cuaresma día por día


Cámbiate por Jesús.

Barrabás es un personaje del evangelio que no parece muy importante, pero si nos fijamos, cada uno de nosotros estamos representados por él. Cuando Barrabás iba a morir por haber matado a un soldado, Jesús apareció y le cambiaron por él, y murió Jesús en vez de Barrabás. El Señor se cambió por cada uno de nosotros para que no muriéramos a la vida del alma y para que pudiéramos nacer de nuevo a la vida de la gracia después del pecado, nacer a la vida para poder ir también al cielo. Todo lo que hizo fue para que tuviéramos la oportunidad de amarle.

Y los hombres hemos pagado ese amor tuyo, Señor, con pecados y faltas de amor. Jesús sabía que íbamos a pagarle así, que íbamos a serle desagradecidos, y aun así decidió entregarse para que le amáramos.

Puedes imaginarte ahora tú, cambiándote por Jesús en la Cruz de cada día: faenas que te hacen, enfados, cosas que no te salen, pequeñas contrariedades... y coger así tu cruz de cada día llevándola con alegría.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

P. José Pedro Manglano Castellary


"Intimidad Divina"

¡Oh cruz, única esperanza!

En el Evangelio de Juan, Caifás anunciaba la muerte de Jesús “no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos” (Jn 11, 52). La intención de Caifás era la de deshacerse de Cristo para salvaguardar los intereses políticos de la nación; pero en los planes de Dios, la muerte de Jesús es un acontecimiento de trascendencia mayor y más amplia: de ella dependerá la salvación espiritual de Israel, y no sólo la de Israel, sino la de todas las naciones, la de todos los hijos de Dios dispersos por el mundo. Todos los hombres serán purificados del pecado en la sangre de Cristo, y en ella se pactará la nueva y eterna alianza entre Dios y el género humano. Cristo –muerto y resucitado– será el único rey y pastor que reunirá a todos los hombres en un solo pueblo, para formar el pueblo de Dios.

Una vez más aparece claro que la Cruz de Cristo se sitúa en el centro mismo de la historia del mundo: de ella depende la vida, la salvación, la felicidad de toda criatura. “Tu Cruz adoramos, Señor –canta la Liturgia del Viernes Santo– porque sólo por el madero ha venida la alegría al mundo entero”. Como el árbol del fruto prohibido fue causa del pecado y por lo tanto de la muerte, así el árbol de la Cruz es causa de la redención y de la vida. Por eso el cristiano ama la Cruz de Cristo. Para quien no cree en Cristo la cruz es un absurdo inaceptable: pero para los que le siguen y aman “es fuerza de Dios”, fuerza que redime, que salva, que santifica. Cuanto más una criatura aspira a la santidad, tanto más debe amar la cruz, y no sólo la Cruz con la que fue redimida, sino la cruz personal que la asocia al misterio de la muerte de Cristo para hacerla partícipe del misterio de la vida del mismo Cristo.

El hombre está tan amasado de egoísmo y de orgullo, que para alcanzar la unión con Dios necesita ser purificado y transformado en el fondo de su ser. Sólo Dios puede realizar en él este trabajo de purificación y de transformación, y lo hace por medio de la cruz. Por eso, cuando él irrumpe en la vida de una criatura con pruebas interiores y exteriores, atribulándola en el cuerpo y en el espíritu, entonces es precisamente cuando le concede una de sus mayores gracias, índice de sus planes de amor y de santidad hacia ella… Cuanto más una criatura está convencida de esta verdad, tanto menos atrevidas le parecen las expresiones de san Pablo acerca de la cruz de su Señor, sino que hace de ella el programa de la propia vida: “Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mi y yo para el mundo” (Gál 6, 14).

¡Salve, oh Cruz vivificadora,  oh invencible trofeo de la piedad, oh Puerta del paraíso, fortaleza de los creyentes, baluarte de la Iglesia! Por ti ha sido aniquilada la corrupción, absorbido y destruido el poder de la muerte, y por ti hemos sido elevados de la tierra a las cosas celestiales. Huella invencible, adversario de los demonios, gloria de los mártires, verdadero ornato de los santos, puerta de salvación. ¡Salve, Cruz del Señor! Por ti la humanidad fue liberada de la maldición. Tú eres el signo de la verdadera alegría, tú que con tu exaltación derrotaste a todos tus enemigos. ¡Oh veneradísima! Tú eres nuestro socorro, la fuerza de los reyes, la firmeza de los justos, la dignidad de los pecadores… ¡Salve, Cruz preciosa, guía de los ciegos, médico de los enfermos, resurrección de los muertos! Tú nos levantaste cuando caímos en la corrupción. Tú terminaste con la corrupción e hiciste florecer la inmortalidad. Por ti los mortales fuimos divinizados y derribado el demonio… Hoy besamos tu Cruz preciosa, ¡oh Cristo!, con nuestros labios indignos, pecadores como somos. Te cantamos ¡oh Cristo!, a ti que quisiste ser enclavado, y con el ladrón te gritamos: “¡Haznos dignos de tu Reino!” (Liturgia oriental, de Los días del Señor)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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viernes, 30 de marzo de 2012

Pequeñas Semillitas 1666


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1666 ~ Viernes 30 de Marzo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Me gusta la sensación de libertad que siento cuando me quito la pesada capa de críticas, miedo, culpa, resentimiento y vergüenza. Entonces puedo perdonarme a mi y perdonar a los demás. Eso nos deja libres a todos.
Renuncio a darle vueltas y más vueltas a los viejos problemas. Me niego a seguir viviendo en el pasado. Me perdono por haber llevado esa carga durante tanto tiempo, por no haber sabido amarme a mí, ni amar a los demás.
Cada persona es responsable de su comportamiento, y lo que da, la vida se lo devuelve. Así pues, no necesito castigar a nadie, todos estamos sometidos a las leyes de nuestra propia conciencia, yo también.
Continúo con mi trabajo de limpiar las partes negativas de mi mente y dar entrada al amor. Entonces me curo.
Louise Hay


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo he dicho: dioses sois’? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios —y no puede fallar la Escritura— a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: ‘Yo soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre». Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron donde Él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad». Y muchos allí creyeron en Él.
(Jn 10,31-42)

Comentario
Hoy viernes, cuando sólo falta una semana para conmemorar la muerte del Señor, el Evangelio nos presenta los motivos de su condena. Jesús trata de mostrar la verdad, pero los judíos lo tienen por blasfemo y reo de lapidación. Jesús habla de las obras que realiza, obras de Dios que lo acreditan, de cómo puede darse a sí mismo el título de “Hijo de Dios”... Sin embargo, habla desde unas categorías difíciles de entender para sus adversarios: “estar en la verdad”, “escuchar su voz”...; les habla desde el seguimiento y el compromiso con su persona que hacen que Jesús sea conocido y amado —«Maestro, ¿dónde vives?», le preguntaron los discípulos al inicio de su ministerio (Jn 1,38)—. Pero todo parece inútil: es tan grande lo que Jesús intenta decir que no pueden entenderlo, solamente lo podrán comprender los pequeños y sencillos, porque el Reino está escondido a los sabios y entendidos.
Jesús lucha por presentar argumentos que puedan aceptar, pero el intento es en vano. En el fondo, morirá por decir la verdad sobre sí mismo, por ser fiel a sí mismo, a su identidad y a su misión. Como profeta, presentará una llamada a la conversión y será rechazado, un nuevo rostro de Dios y será escupido, una nueva fraternidad y será abandonado.
De nuevo se alza la Cruz del Señor con toda su fuerza como estandarte verdadero, como única razón indiscutible: «¡Oh admirable virtud de la santa cruz! ¡Oh inefable gloria del Padre! En ella podemos considerar el tribunal del Señor, el juicio del mundo y el poder del crucificado. ¡Oh, sí, Señor: atrajiste a ti todas las cosas cuando, teniendo extendidas todo el día tus manos hacia el pueblo incrédulo y rebelde (cf. Is 65,2), el universo entero comprendió que debía rendir homenaje a tu majestad!» (San León Magno). Jesús ha de huir al otro lado del Jordán y quienes de veras creen el Él se trasladan allí dispuestos a seguirle y a escucharle.
Rev. D. Carles ELÍAS i Cao (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Zósimo de Siracusa


Los padres del santo fueron terratenientes sicilianos, que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa Lucía y lo colocaron, a la edad de siete años, en un monasterio que llevaba el nombre de la santa, cerca de su hogar.

Allí su principal ocupación fue la de cuidar las reliquias de la santa, tarea que no iba con la manera de ser del niño acostumbrado a la vida de campo, llegando a escapar del convento.

Fue devuelto con humillación y tras soñar con San Lucía -quien tenía un semblante de enojo- y ver a la Santísima Madre interceder por él, Zósimo prometió que nunca haría de nuevo tales cosas, adaptándose a la vida del claustro.

Durante 30 años vivió casi olvidado; al morir el abad de Santa Lucía, recayó en el obispo de Siracusa designar al nuevo abad, quien eligió a Zósimo, siendo ordenado luego unos días después como sacerdote.

El santo gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y a todos sus antecesores. Cuando la sede de Siracusa quedó vacante, el Papa Teodoro designó a Zósimo y lo consagró. Durante su episcopado, el santo fue notable por su celo en la enseñanza del pueblo y por su generosidad con los pobres.

San Zósimo murió alrededor del año 660, a la edad de 90 años.

Fuente: Catholic.net


La frase de hoy

“Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños,
haciendo pequeñas cosas,
puede cambiar el mundo”

Eduardo Galeano


Temas Médicos:
Prevenir la obesidad infantil


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Las cifras asustan. Más de mil millones de personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesas. El crecimiento de la obesidad infantil es también muy preocupante.

Cuando hablamos de obesidad infantil, nos referimos a la acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se puede percibir por el aumento del peso corporal cuando alcanza 20 por ciento a más del peso ideal según la edad, la talla, y sexo del niño o niña en cuestión.

Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte, y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual. Y van a más: dicen que estas familias están muy equivocadas. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar.

Tanto en Europa como en Estados Unidos, desde los años noventa hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil se ha duplicado, lo que es un hecho alarmante…

Qué y cuánto debe comer un niño

No existe una cantidad exacta de comida a que debe consumir un niño. Cada niño es un mundo distinto, y sus deseos y necesidades son diferentes. En razón de eso, es el niño el que puede decir, con exactitud, cuánto puede comer. Y no se puede obligarle a que coma más. Ni por las buenas ni por las malas. Normalmente, los niños comen más que las niñas, pero en cuestión de apetito no se puede generalizar. Pero en definitiva siempre será el médico pediatra el que dará las pautas de alimentación para cada niño o niña en particular.

El otro aspecto de fundamental importancia a tener en cuenta para prevenir la obesidad infantil es la actividad física. Te proponemos una rutina de ejercicios físicos para ayudar a que los niños puedan regular su peso y a la vez entretenerse. ¡Atención! Antes de iniciar cualquier rutina de ejercicios para niños, usted debe consultar primero con el pediatra.

Algunas sugerencias que dan buenos resultados pueden ser:

1.- Salir a patinar: es una actividad sumamente entretenida y divertida que se puede hacer en familia. No es necesario extenderse mucho en el paseo. Las primeas salidas serán cortas y luego se irán haciendo más largas.

2.- Los juegos en el agua son otra alternativa. Lo importante es que el pequeño no se dé cuenta de que está haciendo deporte para bajar de peso, sino que lo lleva a cabo para disfrutar de un momento agradable.

3.- Salir a caminar. La caminata es uno de los ejercicios más provechosos. Muchos niños se quejan, pero si la actividad se realiza con alegría, en familia y sin apuros, sin dudas, el pequeño cambie su actitud y pueda disfrutar del momento.

4.- Las artes marciales para los varones es uno de los ejercicios que más placer pueden causar. Se estará ejercitando el cuerpo, se podrá aprender acerca de lo que es la disciplina. El baile para las niñas es una opción a tener en cuenta.

Ejercicios para realizar en el hogar:

Si en la casa hay escaleras, disponer de quince minutos al día para subir y bajar las escaleras. Se puede colocar música para que la actividad sea más llevadera. La madre o el padre pueden realizar este ejercicio junto al niño.

Es importante apuntar el tiempo que se ha consumido en la práctica y cómo se ha sentido el niño realizándola. A medida que pasen las semanas, se irá aumentando la intensidad y el tiempo.

Mediante el uso de una cuerda de saltar, proponerle al niño hacer varios saltos.

Poner música y bailar. Esta actividad mejorará el estado físico, ayudará a eliminar el estrés y los niños lo disfrutarán mucho. Se puede realizar todos los días a modo de rutina.

Recomendaciones para prevenir la obesidad infantil:

Los niños al hacer deporte deben divertirse a la vez que se ejercitan. Deben disfrutar de la actividad que realizan y los deportes en conjunto son los más adecuados, aunque hay que comprender si a su hijo le da vergüenza que otros niños lo vean hacer deporte o moverse.

Al principio una buena alternativa es salir con el niño hasta que gane confianza. Hay que conocer muy bien al niño para poder acercarlo a los deportes que prefiera.

Hablar con él y preguntarle cuáles son las actividades que más le gustan y acompañarlo en su desarrollo. Existen muchas maneras de ayudar a que los niños bajen de peso.

Mediante la creatividad y la buena disposición es posible en casa y con poco dinero encontrar la manera que mejor se adapta a cada cuerpo y carácter.


Pensamientos sanadores


Hoy pídele a la Sagrada Familia el don de la superación de los conflictos

Todos lo sabemos, las relaciones interpersonales no siempre son sencillas. Con frecuencia las heridas de cada uno se tocan entre si, produciendo situaciones emocionales que derivan en conflictos.
Sin embargo, el ámbito familiar debe llegar a ser un espacio de auténtico descanso, un espacio de contención, recuperación y sanación de las heridas…
Debería ser un sitio en el cual se pudiesen expresar con libertad los propios sentimientos y los pensamientos constructivos…
Debería ser un lugar en donde, por medio del diálogo, la paciencia y la comprensión, se aprendiese a crecer en la resolución positiva de los conflictos y así se vayan solucionando, día a día, los problemas cotidianos de la convivencia.
Esto es una gracia que vale la pena pedir diariamente y un esfuerzo para tratar de concretar incesantemente.

Acuérdate de mi, Señor, por el amor que tienes a tu pueblo; visítame con tu salvación, para que vea la felicidad de tus elegidos, para que me alegre con la alegría de tu nación y me gloríe con el pueblo de tu herencia. Salmo 106, 4-5.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Susana, de la provincia de Buenos Aires, Argentina, nos pide oraciones por su hija, que se ha separado, tiene dos hijos pequeñitos y está muy mal anímicamente con ideas negativas de no querer seguir adelante en la vida, por lo que le pedimos a Jesús, que sane su corazón y a María que la acompañe como Madre del dolor para que pueda superar esta situación y renovar sus fuerzas para seguir el camino de la vida con fe, esperanza y amor.

Pedimos oración por Elvira, de 93 años, de Santa Fe, Argentina, que padece un accidente cerebro vascular y está internada siendo incierto su futuro. Que Jesús, el Buen Pastor, le dé especial atención a esta ovejita suya para cuidarla y brindarle lo que sea mejor para ella según Su voluntad.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


Cuaresma día por día


Desanimarse es una tontería.

Escucha el consejo que da el barrendero a Momo: "Cuando barro, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga que crees que nunca podrás acabar. Y entonces te empiezas a dar prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante... Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente.... entonces es divertido... de repente uno se da cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle."

Ser santo, amar mucho a Dios... cualquier meta se alcanza siempre. Consiste en dar un paso cada día; por eso, no te desanimes nunca: haz bien hoy las pequeñas cosas de¡ día.

¡Qué no me desanime, Señor, que es una tontería! Poco a poco, con pequeños pocos, conseguiré hacer realidad las cosas grandes que quiero - y Tú también quieres - en mi vida.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras

P. José Pedro Manglano Castellary


"Intimidad Divina"

A ti encomiendo mi causa

Jesús no invoca la venganza ni procura sustraerse a sus enemigos. Verdad es que el Evangelio afirma a veces que “se les escabulló de las manos” (Jn 10, 39); esto se explica únicamente porque aún no ha llegado la hora fijada por el Padre. En espera de esta hora, entre los insultos de los judíos, las amenazas de detenerle, Jesús continúa su obra de evangelización, y “muchos acudieron a él”. Él sabe que le espera la cruz, sabe que las afirmaciones acerca de su divinidad y la resurrección de Lázaro irritarán todavía más a los opositores y harán que los acontecimientos se precipiten, pero con serenidad y libertad soberanas prosigue su obra. Le sostiene la confianza en el Padre: “a ti encomendé mi causa” (Jer 20, 12).

Esta es la actitud de confianza en Dios que debe adoptar y sostener el cristiano en la hora del dolor, de la persecución. “No es el siervo más que su amo. Si a mi me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15, 20). Quien se proponga vivir a fondo el Evangelio, defender la verdad, hacer el bien, no podrá evitar la contradicción de ese mundo que se opuso a Cristo. Y, permitiéndolo Dios, pueden añadirse todavía sufrimientos e incomprensiones por parte de otras fuentes de oposición, tal vez por parte de los buenos, de los amigos, hasta de los familiares o de los hermanos que comparten nuestro mismo ideal. El cristiano no se escandaliza; sabe que la cruz es parte esencial de la herencia y del seguimiento de Cristo; sabe que como Cristo salvó al hombre con la cruz, el hombre entra en el camino de la salvación y coopera a la salvación del mundo llevando su propia cruz.

Conviene recordad que también Jesús en Getsemaní se vio oprimido por los padecimientos hasta sudar sangre y gemir “Me muero de tristeza” (Mt 26, 38). En la tristeza mortal de Cristo, todo hombre halla santificadas sus propias angustias y penas, y halla, al mismo tiempo, fuerzas para no sucumbir. Refugiándose con Jesús en su plegaria al Padre: “Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres” (vs. 39), el cristiano resiste los asaltos del dolor, no se ve ni arrollado ni desesperado; el abandono filial y confiado a la voluntad de Dios le hace capaz de afrontar con sencillez y hasta con serenidad, las situaciones más trágicas, porque sabe que los que confían en el Señor no quedarán defraudados.

¡Oh Dios!, el camino de la cruz es el que reservas a los que más amas: a los que mucho quieres, llevas por camino de trabajos y mientras más los amas, mayores… Creer que admites a tu amistad estrecha gente regalada y sin trabajos es disparate. Tu voluntad no es darnos riquezas, ni deleites, ni honras, ni todas estas cosas de acá; no nos quiere tan poco… ¿Queremos ver cómo se ha con los que de veras le dicen que se cumpla en ellos tu voluntad? Preguntémoselo a tu Hijo glorioso, que te lo dijo cuando en la oración del Huerto… Toda tu voluntad la cumpliste bien en él en lo que le diste de trabajos y dolores e injurias y persecuciones, hasta que se le acabó la vida con muerte de cruz. Esto es lo que le dista a quien más amabas… Así que estos son tus dones en este mundo. Das conforme al amor que nos tienes; a los que amas más, das de estos dones más; a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ves en cada uno y el amor que te tenemos. A quien te amare mucho, verás que puede padecer mucho por ti; al que te amare poco, poco… La medida del poder llevar gran cruz o pequeña, es la del amor. (Santa Teresa de Jesús, Camino)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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jueves, 29 de marzo de 2012

Pequeñas Semillitas 1665


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 7 - Número 1665 ~ Jueves 29 de Marzo de 2012
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
   

Hola…
Si alguna vez te sientes sola/o y no sabes qué hacer, mira al cielo y busca una estrella y así nunca más te sentirás en soledad, pues tendrás a tu alrededor a millones de estrellas, que son esas personas que sintieron lo mismo que tú.
Si alguna vez sientes ganas de llorar, llora, deja salir tus lágrimas y con ellas todas las cosas que te hacen sentir mal; no dejes que se acumulen en tu ser, porque solo darán paso a otro tipo de sentimientos, que te hieren aún más.
Si alguna vez te sientes mal contigo misma/o, busca en lo más profundo de tu ser, date cuenta de que nadie es perfecto, tampoco tú, pero aún con todos tus defectos y cualidades, eres una persona única en el universo, por eso eres especial.
Si alguna vez sientes que nadie te quiere, olvídalo, pues eso no es cierto; si te encuentras en esta tierra es porque alguien lo quiso así, Él te hizo única y especial, hay personas a tu alrededor que te quieren, aunque a veces estamos ocupadas en nuestros problemas y no les abrimos las puertas de nuestro corazón para demostrárnoslo.
Si alguna vez necesitas de alguien que te comprenda, que te escuche, que te ayude, en fin, si necesitas de una amigo, quiero que sepas que cuentas conmigo para que nunca te sientas sola/o, para que llores en mi hombro, para hacerte sentir bien y sobre todo para demostrarte cuánto te aprecio... y quiero.
Enviado por Gladys Marsans


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás’. ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?». Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: ‘Él es nuestro Dios’, y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi día; lo vio y se alegró». Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.
(Jn 8,51-59)

Comentario
Hoy nos sitúa san Juan ante una manifestación de Jesús en el Templo. El Salvador revela un hecho desconocido para los judíos: que Abraham vio y se alegró al contemplar el día de Jesús. Todos sabían que Dios había hecho una alianza con Abraham, asegurándole grandes promesas de salvación para su descendencia. Sin embargo, desconocían hasta qué punto llegaba la luz de Dios. Cristo les revela que Abraham vio al Mesías en el día de Yahvé, al cual llama mi día.
En esta revelación Jesús se muestra poseyendo la visión eterna de Dios. Pero, sobre todo se manifiesta como alguien preexistente y presente en el tiempo de Abraham. Poco después, en el fuego de la discusión, cuando le alegan que aún no tiene cincuenta años les dice: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy» (Jn 8,58) Es una declaración notoria de su divinidad, podían entenderla perfectamente, y también hubieran podido creer si hubieran conocido más al Padre. La expresión “Yo soy” es parte del tetragrama santo Yahvhé, revelado en el monte Sinaí.
El cristianismo es más que un conjunto de reglas morales elevadas, como pueden ser el amor perfecto, o, incluso, el perdón. El cristianismo es la fe en una persona. Jesús es Dios y hombre verdadero. «Perfecto Dios y perfecto Hombre», dice el Símbolo Atanasiano. San Hilario de Poitiers escribe en una bella oración: «Otórganos, pues, un modo de expresión adecuado y digno, ilumina nuestra inteligencia, haz también que nuestras palabras sean expresión de nuestra fe, es decir, que nosotros, que por los profetas y los Apóstoles te conocemos a ti, Dios Padre y al único Señor Jesucristo, podamos también celebrarte a ti como Dios, en quien no hay unicidad de persona, y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti».
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)


Santoral Católico:
Santos Jonás y Baraquicio 
Mártires


Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Barraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron aprehendidos por haber exhortado los mártires a perseverar hasta morir.

El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Barraquicio fue arrojado a un estrecho calabazo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Barraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndoles pez y azufre ardientes en la boca.

Fuente: EWTN


La frase de hoy

“La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. Es una peregrinación en la que Él mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza”

Benedicto XVI


Historias verídicas:
El milagro del amor de Dios


Los milagros forman parte de nuestra vida cotidiana; cada uno de nosotros es un milagro; la vida es un milagro, la salud es un milagro, poder ver, cantar, reír, soñar. Vivimos en medio de un milagro, y tal vez nunca lo hemos valorado. Cada día asómbrate, admírate de tantas cosas con la cuales convives y tal vez te has acostumbrado, todas ellas forman parte de este milagro que es la vida y que eres tú, no dejes de compartirlas con los demás.

Como cualquier madre, cuando Karen supo que un nuevo bebé venía en camino hizo todo lo posible para ayudar a su otro hijo, Michael, de tres años de edad, para prepararse para la llegada del bebé. Los exámenes mostraron que era una niñita, y todos los días Michael cantaba cerca de la barriga de su madre. Él ya amaba a su hermanita antes de nacer.

El embarazo se desenvolvió normalmente. En el tiempo programado, vinieron las contracciones. Primero, cada cinco minutos; después cada tres; luego, a cada minuto una contracción. Mas de pronto, surgieron algunas complicaciones y el trabajo de parto de Karen demoró horas, todos discutían la necesidad probable de hacer una cesárea, hasta que al fin, después de mucho tiempo, la hermanita de Michael nació.

Con la sirena al máximo, la ambulancia llevó a la recién nacida a terapia intensiva neonatal del Hospital de Saint Mary. Los días pasaban... y la pequeñita empeoraba. El médico les dijo a sus padres: Prepárense para lo peor. Hay pocas esperanzas.

Karen y su marido comenzaron entonces, los preparativos para el funeral. Algunos días antes ellos estaban arreglando el cuarto para esperar al nuevo bebé, hoy... los planes eran otros. Mientras esto sucedía, Michael, todos los días, pedía a sus padres que lo llevasen para conocer a su hermanita: "Yo quiero cantar para ella", les decía. La segunda semana de terapia intensiva llegó, y se esperaba que el bebé no sobreviviese hasta el final de ésta. Michael continuaba insistiendo con sus padres para que lo dejasen cantar para su hermana, pero los niños no eran permitidos en terapia intensiva. Entonces, Karen se decidió. Ella llevaría a Michael al hospital de cualquier manera. Él no había visto a su hermana y, si no fuese hoy, tal vez mañana ya no la vería con vida.
Ella vistió a Michael con una ropa un poco mayor, para disfrazar su edad, y se dirigió rumbo al hospital. La enfermera no permitió que el pequeño entrase y exigió que ella lo retirara de ahí. Pero Karen insistió "¡Él no se irá hasta que no vea a su hermanita!".

Ella llevó a Michael hasta la incubadora. Él miró para aquella pequeña personita que perdía su batalla por la vida. Después de algunos segundos mirándola, él comenzó a cantar con su voz pequeñita: "Tú eres mi sol, y mi único sol. Tú me haces feliz aún cuando el cielo está oscuro..." En ese momento, el bebé pareció revivir... Las pulsaciones comenzaron a bajar y se estabilizó.

Karen animó a Michael para que continuara cantando. "Tú no sabes, querida, cuanto te amo... por favor, no te lleves mi sol ahora..." Mientras Michael cantaba, la respiración difícil del bebé se fue tornando cada vez más suave. - ¡Continúa, querido!, pidió Karen, emocionada. - La otra noche, querida, yo soñé que tú estabas en mis brazos...- y el bebé se comenzó a relajar. - Canta un poco más Michael- pedía su madre. La enfermera comenzó a llorar... -Tú eres mi sol, mi único sol. Tú me haces feliz aun cuando el cielo está oscuro... por favor, no te lleves mi sol ahora...

Al día siguiente, la hermanita de Michael ya se había recuperado y en pocos días se fue para su casa... El Woman´s Day Magazine llamó a esta historia "El milagro de la canción de un hermano". Los médicos lo llamaron simplemente "milagro". Karen le llamó "el milagro del amor de Dios".
El amor es increíblemente poderoso. Es más poderoso que la muerte.

P. Dennis Doren L.C.
Fuente: Catholic.net


Nuevo video y artículo

Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.

Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:



Pensamientos sanadores


Hoy pídele al Señor un modo de pensar constructivo

Hazte el propósito de cuidar tu mente y pídele a Dios la gracia para el día de hoy de desprenderte de aquellos pensamientos negativos que te inquietan interiormente, de arrojar lejos de ti esas cavilaciones que te generan ansiedad y te impiden vivir con gozo y esperanza, manteniendo una comunicación adecuada con quienes deberías compartir aspectos importantes de tu vida.
Que el lugar que dejan en tu mente esos pensamientos nocivos que se van, sea ocupado por los pensamientos pacificadores y de bendición que proceden del Señor.
Tu mente es un templo sagrado en el cual Dios quiere pasearse libremente. En tu mente solo deben habitar aquellos pensamientos que son de bendición para ti y para los demás.

Porque el santo espíritu, el educador, huye de la falsedad, se aparta de los razonamientos insensatos, y se siente rechazado cuando sobreviene la injusticia. Sabiduría 1, 5.


Oración a San Miguel Arcángel


San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén

La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los días 29 de cada mes.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa, los sacerdotes y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por la unión de las familias y la fidelidad de los matrimonios; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la joven Eunice B. que hoy será sometida a una difícil operación en República Dominicana para que con la poderosa ayuda del Señor, para quien nada es imposible, y la intercesión de la Santísima Virgen de la Altagracia, pueda erguirse y por qué no, caminar.

Pedimos oración por Verónica M. que vive en Morelia, México, y ha sido diagnosticada con cáncer de mama y comienza quimioterapia. Se trata de una mujer joven, madre de tres hijos pequeños que mucho la necesitan. Que el Señor Misericordioso atienda sus necesidades y le conceda la gracia de curarse.

Pedimos oración por Elsa S. de Buenos Aires, Argentina, para que el Señor le renueve las fuerzas físicas y espirituales a fin de que pueda sobrellevar los problemas que la aquejan.

Pedimos oración por Pancho R. que vive en Perú, tiene 45 años de edad y padece Leucemia bajo tratamiento de quimioterapia y ahora con complicaciones a nivel renal que determinan que deba dializarse. Por eso elevemos plegarias de curación y sanación a nuestro amado Padre celestial, que es el único que lo puede curar.

Pedimos oración por Patricio Z. de México, que ha sido intervenido quirúrgicamente. Lo encomendamos a Jesús, a su Santísima Madre la Virgen María y a Juan Pablo II para que pronto esté bien.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración.


Cuaresma día por día


Gracia.

Hace unos años dos amigos que estaban haciendo vela cerca de Bakio fueron llevados por una corriente mar adentro. Tan solo uno de ellos llevaba chaleco salvavidas y éste preguntó a su amigo: "¿Estás en gracia?". El otro reconoció que no, y el primero le dio su salvavidas porque él tenía a Jesús en el alma: si se ahogaba iría al Cielo.

¿Te das cuenta de lo importante que es estar en gracia, como este chico que se arriesgó a morir ahogado para que su amigo pudiese vivir con Jesús en el alma?

Jesús dijo que Dios vive en el alma que está en gracia: vive conmigo ayudándome, dándome luz para entender, fuerza para luchar y vencer, deseos buenos, amor y comprensión, etc. Viviendo Dios en mí, Dios me da una vida nueva y distinta. Por eso, vivir en gracia es lo más importante: porque es vivir con Dios.

Pide que tus amigos y familia vivan siempre en gracia de Dios.

Continúa hablándole a Dios con tus palabras.

P. José Pedro Manglano Castellary


"Intimidad Divina"

La guarda de la palabra

La palabra del Señor es verdad y vida; el empeño en mantenerse en la palabra y guardarla conduce a un conocimiento claro y profundo de la verdad contenida en ella, conduce a la liberación del pecado y también de la muerte, que es su consecuencia más grave. Guarda de la Palabra, conocimiento de la verdad, conquista de la libertad, posesión de la vida eterna, éstas son las etapas progresivas de la vida cristiana que desemboca en la eternidad. Todo deriva de la potencia vivificadora de las palabras del Señor, que son “espíritu y vida” (Jn 6, 63), que son “palabras de vida eterna” (68).

La guarda de la Palabra no coarta ni destruye la libertad del hombre, al contrario, la corrobora. Hablando de la vida religiosa, el Concilio afirma que una de las ventajas que ella ofrece a los que la abrazan es “una libertad robustecida por la obediencia” (LG 43). La obediencia a Dios es el gran apoyo de la libertad humana, puesta en peligro internamente por las pasiones y externamente por las seducciones del mal. Cuanto más entra el hombre, por medio de la obediencia, en la voluntad de Dios y vive de ella, tanto más pasa de un estado de esclavitud a un estado de libertad, haciéndose partícipe de la libertad misma de Dios. Entonces se comprende por qué la obediencia religiosa, que sumerge toda la vida del hombre en la voluntad divina, “lejos de menoscabar la dignidad de la persona humana, la lleva por la más amplia libertad de los hijos de Dios, a la madurez” (PC 14).

Jesús, el Hijo de Dios por naturaleza, hablando de sus relaciones con el Padre, repite continuamente: “yo guardo su palabra” (Jn 8, 55); y precisamente, guardando la palabra de Dios el hombre se hace más hijo en el Hijo. Y así como Jesús “con su obediencia hasta la muerte abrió a todos los hombres el dichoso camino de la libertad de los hijos de Dios” (LG 37), del mismo modo, quien imita de cerca su obediencia entra con mayor decisión en el camino de la libertad. La obediencia religiosa lleva hasta su último extremo la escucha y la guarda de la Palabra, a imitación de Cristo que vivió únicamente de la palabra del Padre.

Señor mío y Dios mío… no sólo de boca, sino desde el fondo de mi corazón quiero hacer tu voluntad, tu entera voluntad, tu única voluntad, tu voluntad y no la mía; dámela a conocer, Dios mío, y haz que la cumpla. Dame la fe y la obediencia de Abrahán; haz que escuche tu voz. Tu voz interior, la voz de aquellos a través de los que tú me hablas. Dame la fe, Dios mío. Y dame la obediencia… que sacrifica los afectos más íntimos del corazón y las persuasiones más firmes del espíritu para adherirse únicamente a tu santa y bendita voluntad. Dios mío, te lo suplico de todo corazón, por nuestro Señor Jesucristo. (C. de Foucauld, Meditaciones sobre el A. T.)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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