martes, 25 de julio de 2017

Pequeñas Semillitas 3399

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3399 ~ Martes 25 de Julio de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor mío Jesucristo, sabes que todos los vacíos de mi ser sólo pueden ser llenados por tu gracia y tu presencia. Mis miedos, mis preocupaciones, mis dolores, mis confusiones, sólo pueden encontrar soluciones y sanación en Ti. Gracias, porque sé que siempre estarás conmigo y me ayudarás a que todo me salga bien y harás que todas las dificultades y todos los problemas sean auténticos trampolines que me impulsen a la consecución de los objetivos que tengo en mi vida. Te suplico que seas el escudo que no permita que los malos deseos, las palabras destructivas y las acciones de aquellos que no me quieren, me hagan daño y me hagan sufrir, Cuento con tu presencia que me protege siempre y que me brinda fortalezas para la realización de tantos sueños que tengo y quiero ver realizados. Amén.

¡Buenos días!

El sabio de Egipto
Todos los meses en el Oratorio de Don Bosco los jóvenes hacían el “Ejercicio de la buena muerte”. Era un día de retiro para ponerse en la situación de presentarse ante el tribunal de Dios inmediatamente, pero con la posibilidad de prepararse. Después de unas palabras de meditación, había tiempo para confesarse. Todos comulgaban ese día.

Se cuenta que un turista americano fue a El Cairo, Egipto, para visitar a un famoso sabio. Se sorprendió mucho el turista al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros. Los únicos muebles que había eran una cama, una mesa y un banco. –¿Dónde están sus muebles? –pregunto el turista. Y el sabio rápidamente también preguntó: –¿Y dónde están los suyos? –¿Los míos? –se sorprendió el turista. –Pero si yo estoy aquí de paso. –Yo también, concluyó el sabio.

A veces olvidas que estás de paso en la tierra y  no sabes cuándo será tu partida. La Biblia te recuerda que vives en tierra extranjera: “No tenemos aquí abajo una ciudad permanente, sino que buscamos la futura” (Hebreos 13, 14). “Soy un forastero en la tierra, Señor, no me ocultes tus promesas” (Salmo 119). Piénsalo, y que te sea provechoso.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: «¿Qué quieres?». Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino». Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?». Dícenle: «Sí, podemos». Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre».
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos». (Mt 20,20-28)

Comentario:
Hoy, el episodio que nos narra este fragmento del Evangelio nos pone frente a una situación que ocurre con mucha frecuencia en las distintas comunidades cristianas. En efecto, Juan y Santiago han sido muy generosos al abandonar su casa y sus redes para seguir a Jesús. Han escuchado que el Señor anuncia un Reino y que ofrece la vida eterna, pero no logran entender todavía la nueva dimensión que presenta el Señor y, por ello, su madre va a pedir algo bueno, pero que se queda en las simples aspiraciones humanas: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino» (Mt 20,21).
De igual manera, nosotros escuchamos y seguimos al Señor, como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús, pero no siempre logramos entender a cabalidad su mensaje y nos dejamos llevar por intereses personales o ambiciones dentro de la Iglesia. Se nos olvida que al aceptar al Señor, tenemos que entregarnos con confianza y de manera plena a Él, que no podemos pensar en obtener la gloria sin haber aceptado la cruz.
La respuesta que les da Jesús pone precisamente el acento en este aspecto: para participar de su Reino, lo que importa es aceptar beber de su misma «copa» (cf. Mt 20,22), es decir, estar dispuestos a entregar nuestra vida por amor a Dios y dedicarnos al servicio de nuestros hermanos, con la misma actitud de misericordia que tuvo Jesús. El Papa Francisco, en su primera homilía, recalcaba que para seguir a Jesús hay que caminar con la cruz, pues «cuando caminamos sin la cruz, cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor».
Seguir a Jesús exige, por consiguiente, gran humildad de nuestra parte. A partir del bautismo hemos sido llamados a ser testigos suyos para transformar el mundo. Pero esta transformación sólo la lograremos si somos capaces de ser servidores de los demás, con un espíritu de gran generosidad y entrega, pero siempre llenos de gozo por estar siguiendo y haciendo presente al Señor.
Mons. Octavio RUIZ Arenas Secretario del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización (Città del Vaticano, Vaticano)

Santoral Católico:
Santiago el Mayor
Apóstol. Patrón de España
Nació en Betsaida; era hijo de Zebedeo y hermano del apóstol Juan. Jesús, pasando junto al lago de Galilea, vio a los dos hermanos, que estaban repasando las redes, y los llamó a su seguimiento. Junto con su hermano y Pedro, Santiago fue uno de los tres discípulos más cercanos a Jesús, en la curación de la hija de Jairo (Mc 5,37), en la Transfiguración (Mt 17,1), en Getsemaní. Por su carácter pronto e impetuoso, el Señor le impuso a él y a su hermano el sobrenombre de «hijos del trueno» (Mc 3,17). Fue decapitado por Herodes Agripa en Jerusalén el año 44. Desde la antigüedad está muy difundida la persuasión de que Santiago predicó el Evangelio en los confines de Occidente, o sea, en España, y de que sus discípulos recogieron sus restos en Jerusalén y vinieron a enterrarlos en lo que hoy es Compostela. Su sepulcro, a lo largo de la Edad Media y hasta nuestros días, es meta de innumerables peregrinaciones de toda la Cristiandad.
Oración: Dios todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que, por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia y, por su patrocinio, España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano

Pensamiento del día

“La pobreza no es natural, es creada por el hombre
y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos.
Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad,
es un acto de justicia”
-Nelson Mandela-

Tema del día:
Una ansiosa búsqueda

"Buscaba el placer, y al final lo encontraba -cuenta C. S. Lewis en su autobiografía.

"Pero enseguida descubrí que el placer (ese u otro cualquiera) no era lo que yo buscaba. Y pensé que me estaba equivocando, aunque no fue, desde luego, por cuestiones morales; en aquel momento, yo era lo más inmoral que puede ser un hombre en estos temas.

"La frustración tampoco consistía en haber encontrado un placer rastrero en vez de uno elevado.

"Era el poco valor de la conclusión lo que aguaba la fiesta. Los perros habían perdido el rastro. Había capturado una presa equivocada. Ofrecer una chuleta de cordero a un hombre que se está muriendo de sed es lo mismo que ofrecer placer sexual al que desea lo que estoy describiendo.

"No es que me apartara de la experiencia erótica diciendo: ¡eso no! Mis sentimientos eran: bueno, ya veo, pero ¿no nos hemos desviado de nuestro objetivo?

"El verdadero deseo se marchaba como diciendo: ¿qué tiene que ver esto conmigo?"

Así describe C. S. Lewis sus errores y vacilaciones en el camino de la búsqueda de la felicidad. La ruta del placer había resultado infructuosa. Llevaba años rastreando tras una pista equivocada: "Al terminar de construir un templo para él, descubrí que el dios del placer se había ido".

La seducción del placer, mientras dura, tiende a ocupar toda la pantalla en nuestra mente. En esos momentos, lo promete todo, parece que fuera lo único que importa. Sin embargo, muy poco después de ceder a esa seducción, se comprueba el engaño. Se comprueba que no saciaba como prometía, que nos ha vuelto a embaucar, que ofrecía mucho más de lo que luego nos ha dado. Seguíamos de cerca el rastro, pero lo hemos vuelto a perder.

Basta un pequeño repaso por la literatura clásica para constatar que esa ansiosa búsqueda del placer sexual no tiene demasiado de original ni de novedoso. En la vida de pueblos muy antiguos se ve que habían agotado ya bastante sus posibilidades, que por otra parte tampoco dan mucho más de sí. La atracción del sexo es indiscutible, ciertamente, pero el repertorio se agota pronto, por mucho que cambie el decorado.
© Alfonso Aguiló

Meditaciones
Alejandro Serenelli a los 20 años, mató de catorce puñaladas a María Goretti, porque no quiso ceder a sus deseos insaciables de impureza. Él estuvo muchos años en prisión, pero su vida se transformó a raíz de un sueño, en el que vio a María Goretti en un bellísimo jardín con hermosísimas flores, animándolo a ser bueno. A partir de ese día, fue un hombre nuevo y pasó los últimos años de su vida, haciendo penitencia y trabajando de hortelano en un convento de padres capuchinos. Y él, por propia experiencia, les dice a los jóvenes:
“Soy viejo, con casi 80 años. Dando una mirada al pasado, reconozco que en mi juventud me fui por un camino equivocado. El camino del mal me condujo a la ruina. A través de revistas, periódicos y espectáculos, veía que los jóvenes iban detrás del placer, y yo seguí ese camino. Tenía a mi lado personas creyentes, que me daban buen ejemplo, pero estaba como ciego por la fuerza de la pasión, que me llevaba por malos caminos. A mis veinte años cometí el delito del que hoy me horrorizo sólo de pensarlo. Maté a María Goretti, llevado de la pasión carnal, porque ella no aceptó mis propuestas. María Goretti ahora es una santa de la pureza y ha sido un ángel bueno que la Providencia de Dios ha puesto en mi camino. Rezó por mí y me perdonó.
Estuve 29 años en prisión. Acepté la sentencia resignado, expié mi culpa. Durante esos años, María fue mi luz y mi protectora, y con su ayuda me convertí y he tratado de vivir honestamente. Los religiosos capuchinos me recibieron como hortelano en su convento desde el año 1936 y con ellos vivo. Ahora espero sereno el momento de llegar al paraíso, de abrazar a mis seres queridos y de estar cerca de mi ángel protector María Goretti”
Ojalá que aquellos que lean esta carta aprendan a huir del mal y a seguir el bien siempre, desde niños. Piensen en la religión, vivan según sus mandamientos, que es el camino seguro, incluso en los momentos más dolorosos de la vida.
P. Ángel Peña

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para las siguientes personas: Angélica Pilar, de Texas, USA, con diálisis y cirugía; Lucho R. V., de Lima, Perú, 75 años, en riesgo de perder su ojo único; Luchito A., de Lima, Perú, 50 años, por liberación y sanación; Rosemarie D., de Canadá, 67 años, operada de la vista y ahora con un herpes; Ana A. y sus hijos, de Argentina, por liberación, sanación y trabajo; Ibrahim, de Canadá, de 5 años de edad, afectado de enfermedad muscular genética; Rosita L., 45 años, colombiana radicada en Canadá, con insuficiencia renal y perspectivas de diálisis o trasplante renal; María T. y Gian C., de Canadá y Nery, de Lima, Perú, por sanación, salud y trabajo; Carmencita, María y Josefina, las tres mexicanas, por salud; Ana de R. y su esposo, de El Salvador, para que el Señor atienda sus necesidades; M. Irene, de Argentina, 69 años, con diabetes y otras afecciones más; Carola C., de Lima, Perú, 74 años, para que siga en remisión de su enfermedad; Mirta P., de Argentina, recientemente operada de cáncer de mama; Esperanza, de Miami, USA, 76 años, en recuperación por cirugía de aneurisma cerebral; Edda, Miami, USA, 69 años, enferma de cirrosis, con diarreas crónicas y baja de plaquetas; y Elena, de Canadá, 74 años, diabética, por su salud física y emocional y por la protección en su viaje. Por todos ellos, te rogamos Señor…

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Julio 25
La concepción inmaculada, la plenitud de gracia, la carencia de pecado personal y de desorden, la asunción, son en María fruto de la muerte y resurrección de Cristo Redentor.
En María aparece la victoria total de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. En este sentido, María es la “redimida de modo eminente” (LG 53).
Cada privilegio de María indica de su parte un Sí pleno a la palabra de Dios y en esto es Modelo de la Iglesia.
La historia de nuestra vida cristiana podría titularse: La historia de un Sí nunca revocado.
Nuestra Señora del sí para siempre, concédenos una fidelidad siempre nueva al Evangelio de Jesús.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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