PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3671 ~ Viernes 25 de Mayo de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy
los argentinos recordamos un aniversario más de la llamada Revolución de Mayo,
conjunto de sucesos ocurridos en mayo de 1810 en torno al cabildo de la ciudad
de Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, bajo
dependencia del Rey de España (que entonces estaba cautivo de los franceses), y
que culminaron con la destitución del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y su
reemplazo por la Primera Junta de gobierno formada por vecinos de la ciudad
(criollos y españoles) que todavía reconocían al depuesto rey hispano.
El
25 de mayo es una fecha importante en nuestra historia y hay que tomarlo como
punto de partida hacia la formación de la identidad nacional. Las nuevas ideas
que propiciaban una mayor participación política y una apertura económica
fueron las que motivaron el accionar de aquellos hombres de Mayo de 1810 y que
llevaría más adelante, en 1816, a la declaración de la Independencia. Vino
luego un tiempo de desacuerdos políticos y luchas internas (unitarios y
federales), todo lo cual demoró la organización nacional por cerca de 40 años.
Y fue recién en 1853 que se pudo sancionar la Constitución Nacional y con
esfuerzo, trabajo y la llegada de importantes corrientes migratorias europeas,
se fue forjando la Argentina grande y progresista de finales del siglo XIX y
primeros años del siglo XX.
Hoy
los argentinos tenemos por delante el desafío de volver a nuestras mejores
tradiciones históricas, mirarnos en el espejo de los padres de la Patria, y
volver a construir la nación de paz y de trabajo que todos queremos. Invocamos
a Jesucristo, Señor de la Historia, para que pedirle su ayuda e inspiración.
¡Buenos días!
La Virgen y nosotros
“En
la Sagrada Escritura encontramos pocas palabras de la Virgen, pero son como
granos de oro puro: si los fundimos con el fuego de una amorosa contemplación,
serán suficientes para irradiar sobre toda nuestra vida el esplendor luminoso
de las virtudes de María”. Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein).
El general Manuel Belgrano era devoto de la Virgen
María. Pertenecía a la cofradía del Santo Rosario. Pidió que a su muerte se lo
vistiera con el hábito de Santo Domingo. Fue enterrado dentro del templo.
Cuando en septiembre de 1810, salió de Buenos Aires al frente de un pequeño
ejército al Paraguay, al llegar a Luján, se detuvo y puso su nueva carrera bajo
la protección de la Virgen. El 23 de septiembre de 1812, eligió a Nuestra
Señora de la Merced su Generala y al día siguiente venció a Tristán en la
batalla de Tucumán. Como trofeo se acuñaron medallas con esta inscripción:
“Victoria del 24 de septiembre de 1812, bajo la protección de Nuestra Señora de
las Mercedes, Generala del Ejército”.
Hay
signos de que María, nuestra Madre celestial, se pone a nuestro lado de una
manera especial en estos tiempos difíciles para la fe. Nos conmueve comprobar
que esta buena Madre está preocupada por muchos hijos atrapados en las
tinieblas del mundo, porque no le dan a Dios un lugarcito en su vida y en su
tiempo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús, levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro
lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les
enseñaba. Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban:
«¿Puede el marido repudiar a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió
Moisés?». Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y
repudiarla». Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón
escribió para vosotros este precepto. Pero desde el comienzo de la creación, Él
los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y
los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola
carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre».
Y
ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo:
«Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;
y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio». (Mc 10,1-12)
Comentario:
Hoy,
Señor, quisiera hacer un rato de oración para agradecerte tu enseñanza. Tú
enseñabas con autoridad y lo hacías siempre que te dejábamos, aprovechabas
todas las ocasiones: ¡claro!, lo entiendo, Señor, tu misión básica era
transmitir la Palabra del Padre. Y lo hiciste.
—Hoy,
“colgado” en Internet te digo: Háblame, que quiero hacer un rato de oración
como fiel discípulo. Primero, quisiera pedirte capacidad para aprender lo que
enseñas y, segundo, saber enseñarlo. Reconozco que es muy fácil caer en el
error de hacerte decir cosas que Tú no has dicho y, con osadía malévola,
intento que Tú digas aquello que a mí me gusta. Reconozco que quizá soy más
duro de corazón que aquellos oyentes.
—Yo
conozco tu Evangelio, el Magisterio de la Iglesia, el Catecismo, y recuerdo aquellas
palabras del Papa san Juan Pablo II en la Carta a las Familias: «El proyecto
del utilitarismo asentado en una libertad orientada según el sentido
individualista, es decir, una libertad vacía de responsabilidad, es el
constitutivo de la antítesis del amor». Señor, rompe mi corazón deseoso de
felicidad utilitarista y hazme entrar dentro de tu verdad divina, que tanto
necesito.
—En
este lugar de mirada, como desde la cima de la cordillera, comprendo que Tú
digas que el amor matrimonial es definitivo, que el adulterio —además de ser
pecado como toda ofensa grave hecha a ti, que eres el Señor de la Vida y del
Amor— es un camino errado hacia la felicidad: «Quien repudie a su mujer y se
case con otra, comete adulterio contra aquélla» (Mc 10,11).
—Recuerdo
a un joven que decía: «Mossèn el pecado promete mucho, no da nada y lo roba
todo». Que te entienda, buen Jesús, y que lo sepa explicar: Aquello que Tú has
unido, el hombre no lo puede separar (cf. Mc 10,9). Fuera de aquí, fuera de tus
caminos, no encontraré la auténtica felicidad. ¡Jesús, enséñame de nuevo!
Gracias,
Jesús, soy duro de corazón, pero sé que tienes razón.
Rev. D. Miquel VENQUE i
To (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Beda el Venerable
Presbítero y Doctor de la Iglesia
Nació
junto al monasterio benedictino de Wearmouth, que tiene al lado el filial de
Jarrow (Inglaterra), el año 673. Fue educado por san Benito Biscop, abad de
aquel monasterio, en el que Beda ingresó muy joven. Allí consagró su vida a las
observancias de la Regla, a la convivencia fraterna, a la celebración del culto
litúrgico, a la meditación de las Sagradas Escrituras y de los Santos Padres, y
la actividad literaria. Escribió obras teológicas e históricas de gran fervor y
erudición; entre ellas cabe destacar su Historia eclesiástica de Inglaterra, al
final de la cual escribe: «He pasado toda mi vida dentro del claustro,
repartiendo el tiempo entre el estudio de las Sagradas Escrituras, la
observancia de la disciplina monástica y el diario oficio de cantar en el coro.
Todas mis delicias eran aprender, enseñar o escribir... Desde mi admisión al
sacerdocio hasta el año presente, en que cuento 59 años de edad, me he ocupado
en redactar para mi uso y el de mis hermanos algunas notas sobre la Sagrada
Escritura, sacadas de los Santos Padres o en conformidad con su espíritu e interpretación».
Murió el año 735.
Oración: Señor Dios, que has iluminado a tu Iglesia
con la sabiduría de san Beda el Venerable, concede a tus siervos la gracia de
ser constantemente orientados por las enseñanzas de tu santo presbítero y
ayudados por sus méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano – Aciprensa – Catholic.net
Pensamientos del día
“Sirvo
a la patria sin otro objeto que el de verla constituida,
ése
es el premio al que aspiro...
Mucho
me falta para ser un verdadero padre de la patria,
me
contentaría con ser un buen hijo de ella”.
-Manuel Belgrano-
“Cuando
las miserias morales asolan a un país,
culpa
es de todos los que por falta de cultura y de ideal
no
han sabido amarlo como patria:
de
todos los que vivieron de ella sin trabajar para ella”.
-José Ingenieros-
Temas Médicos:
Receta médica
imprescindible
Ø Nombre del Paciente: Género Humano
Ø Cuadro
Patológico: Poco deseo de convivencia con sus semejantes. Pérdida progresiva y
acelerada de los valores morales, tendencia a la destrucción.
Ø Fórmula de
Curación: Amor y Amistad.
Ø Dosis: La que
sus necesidades señalen.
Ø Vía de
Administración: Centros de trabajo, escuelas, hogares, medios de transporte,
etc. Y en todos los sentidos busque oportunidades.
Ø Indicaciones:
El paciente debe aceptar primero que necesita Dar y Recibir el Amor y la Amistad.
Ø Modo de
Administración:
- Saludar
cortésmente a sus semejantes.
- Ser
paciente para con los débiles.
- Desahogar
tensiones nerviosas por medio del deporte, el baile y otras actividades físicas
sanas.
-
Practicar algún juego con la familia.
-
Saludar por teléfono o correo a sus
familiares y amigos que estén lejos.
- Tratar
a todas las mujeres con el respeto que se merecen, su propia esposa, madre y
hermanas, amigas.
-
Respetar y querer a los niños, en fin: Respetar los Valores Morales y ser más
Humano.
Ø Administrar a
partir de: Hoy mismo, y por toda la
vida.
Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el
bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos
ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Martín R., de Buenos
Aires, Argentina, joven padre de un niño de 3 años, que ha recibido diagnóstico
de cáncer, rogando a María Auxiliadora que interceda por él ante Jesús para que
su patología se pueda curar.
Pedimos
oración por las siguientes intenciones: Juan
Gabriel M. T., de ciudad de México, a quien internan para operación de
divertículos, rogando al Señor que todo salga bien; y Jorge T. N., de Puebla, México, para que sus estudios médicos
salgan bien y su salud esté restablecida.
Pedimos
oración para Matilda R., de Buenos
Aires, Argentina, que tiene 8 años y un problema cardíaco que está siendo
estudiado. Que el Niño Jesús la tome de la mano y la ayude para que todos los
exámenes médicos sean normales y la niña se cure.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Mayo 25
"Riega nuestra aridez."
El
Espíritu Santo también es como una lluvia, agua que penetra la tierra seca.
Somos tierra que cruje y que llora, seca y agrietada. Pero cuando llueve la
gracia, nuestro desierto reverdece y se llena de flores, rebosa de vida.
Nosotros
hemos regalado nuestra vida a tantas cosas de este mundo, hemos desgastado
nuestras energías en tantas tonterías que nos han dejado secos por dentro, sin
vida, sin amor, sin hermosura.
Invoquemos
al Espíritu Santo para que se derrame como lluvia fecunda, para que haga brotar
las semillas buenas que él mismo puso en nosotros.
Él
lo ha prometido: "Derramaré agua sobre el suelo sediento y torrentes sobre
la tierra seca" (lsaías 44,3).
Pidámosle
que riegue, que refresque, que renueve con sus gotas divinas, que nos devuelva
la vitalidad y la energía, que resucite nuestros sueños y nuestra esperanza.
Así se cumplirá la promesa del profeta Oseas: "Seré como rocío para
Israel. Él florecerá como el lirio, y hundirá sus raíces como el Líbano. Sus
ramas se desplegarán y su esplendor será como el olivo. Estará perfumado como
el Líbano, volverán a sentarse a su sombra, harán crecer el trigo, florecerán
como la vid" (Oseas 14,6-8).
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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